lunes, 25 de julio de 2011

La profecía autocumplida

La (esperada) dura derrota kirchenrista en la eelección a gobernador fue tomada por los medios nacionales como indicador del fin de la ola victoriosa de CFK, a tal punto de invisibilizar la victoria kirchenrista en el plano legislativo provincial y ejecutivo municipal y otra vez hacer uso de esa falacia numérica que indica que el FpV siempre juega contra el total de los otros jugadores. Si en Capital el 70% de los porteños votó en contra del candidato Filmus, en Sante Fe lo hizo el 80% en contra de Rossi. De nada sirve ya insistir que con ese razonamiento, el 60% le dijo no al gobernador electo Bonfatti y un porcentaje similar al candidato de Macri (sobre el cual no se cuenta que tuvo un pobre desempeño del 14% para diputados y no ganó ninguna intendencia).
En este marco, especialmente Clarín y La Nación se regodean con calificar abundantemente la (deseada) derrota K, pero sin llegar al extremo de la satírica tapa del diario Hoy (La Plata). Sí la presentan como un golpe importante no sólo a las aspiraciones presidenciales de CFK sino también, otra vez, como un castigo al discurso beligerante con el cual el oficialismo interpela a sectores importantes de la sociedad (entre ellos el Campo, al cual caracterizan como el gran actor que se tomó revancha por lo del 2008). Leamos.

Reato: "Hay que tener en cuenta que Santa Fe es uno de los polos de la Zona Centro o Núcleo, que se ha convertido en la nueva columna vertebral de la economía argentina gracias al boom de la soja y del agronegocio".

Bello: "Es Mauricio Macri quien le da el “toque perfecto” al disfraz presidencial antes de que se endurezca a fuerza de encuestas apabullantes. De nuevo (y van…), quedamos atrapados en un callejón sin salida al que entramos felices, como comparsa de un triste carnaval dirigido por Del Sel".

Pepe: "En campaña, Cristina le había puesto el cuerpo a Rossi. Se sacó el traje de Presidenta y se puso la ropa de la jefa del kirchnerismo . Reutemann, chacarero escueto, puso sólo la palabra: “Soy peronista, no kirchnerista” , dijo. Y hasta se permitió un humor posterior: “¿Qué parte del soy peronista no entendieron?” Todos lo entendieron. Y después fueron a votar".

Van der Kooy: "El clima, no el escenario, comenzó a cambiar con la primera vuelta en Capital y esta elección en Santa Fe que, para el kirchnerismo, representa un auténtico fracaso.
Ese fracaso estaría registrado en los números (apenas el 22%) y en la ingeniería política. El peronismo, representado en la formalidad por los K, consumó su peor elección para gobernador en Santa Fe desde que fue abolida la Ley de Lemas. En las legislativas del 2009 Rossi se consagró diputado, a duras penas, con un magro 11% de los sufragios.
El otro aspecto, que tiene relación con el diseño electoral, sería quizás el que debiera sonar como sirena de alarma para Cristina. Primero: su imagen social elevada, según las encuestas, no serviría para traccionar votos hacia sus candidatos. Ha pasado con la primera vuelta en Capital. Se repitió ayer en Santa Fe".

Naishtat: "Puede atribuirse a que el PRO echó en cara a Agustín Rossi haber votado a favor de la resolución 125 de las retenciones móviles. Pero para la propia Federación Agraria la figura de Del Sel emergió como voto castigo a Cristina . En Santa Fe predominan explotaciones pequeñas con resultados ajustados y al borde del rojo si son trigueros y tamberos. Eduardo Buzzi, líder de la Federación Agraria hizo proselitismo por la fuerza de Hermes Binner.
Cerca suyo deslizaron que si bien en la provincia respetan a los socialistas, aunque algunos lo acusan de “tibio”, el campo volvió a hacerse oir y sentir con el voto bronca".

Aulicino: "Existe además otro dato que debería ser analizado por el entorno de Cristina Fernández de Kirchner y tiene que ver, en primer lugar, con la autoponderación de su figura. Voceros kirchneristas definieron la última visita presidencial a Santa Fe como un envión, capaz de frenar el hundimiento de su propio candidato.
No ocurrió lo que se imaginaba . Según algunos sondeos, Rossi siguió perdiendo apoyos en los días siguientes.
¿La visita de la Presidenta profundizó la caída? Sus críticas a la gestión de Binner, como el pésimo momento que le habían hecho vivir al gobernador en el acto del 20 de Junio, no parecen haber sido la mejor estrategia para mejorar las chances del kirchnerismo provincial. Más bien jugó al revés , según se encargaron de destacar los socialistas y también Reutemann, protagonista sumado al final de esta disputa electoral para jugar fuerte contra los K".

Wainfeld: "El color local es otro factor a explorar. Sin duda, Rossi sólo imantó al núcleo duro kirchnerista. La pregunta es si otro candidato ganador en la interna hubiera minimizado mejor la diáspora del peronismo no kirchnerista. Es un contrafactual incorroborable que hará correr ríos de tinta y, quizá, motive decisiones políticas en la cúpula del kirchnerismo
Con hidalguía, Rossi reconoció su derrota, felicitó a los ganadores, agradeció a todos los que lo apoyaron y cargó sobre su mochila el peso de la caída. Al Chivo le había ido fatal hace dos años, no llegó al diez por ciento. Ahora duplicó (con yapa) ese umbral, pero no pudo contener al voto peronista ligado al campo. Y sufrió también una merma en los sectores más pobres de la clase trabajadora. Las encuestas, que otra vez quedaron malamente desfasadas, previeron (magro premio consuelo) esa tendencia. La nobleza de Rossi, lo que significó su cruzada de 2009 para mantener en pie al kirchnerismo en su provincia a diferencia de lo que pasó en Córdoba, seguramente no lo aliviará de las peripecias que sufren los vencidos, máxime en una cultura triunfalista como el peronismo".

Majul (Cronista): "acri considera hoy, igual que Durán Barba, que es prácticamente imposible derrotar a la Presidenta. Igual, interpreta que sería para él más costoso, en términos políticos, no pronunciarse por ningún candidato a presidente que hacerlo por uno, aunque pierda. 
“Si durante los últimos años me la pasé diciendo que será muy malo para el país cuatro años más de lo mismo sería un hipócrita que si no prestara mi ayuda a quien tenga las posibilidades de evitarlo”, develó la incógnita ante su círculo íntimo".

Veltri: "La diferencia con lo ocurrido en otras oportunidades fue que ante el escenario previo nunca estuvo previsto que ninguno de los funcionarios nacionales viaje para acompañar a Rossi. Esto era un síntoma de que en la Rosada aguardaban la derrota. Pero el malhumor llegó de la mano del flaco resultado logrado por el candidato K. Si bien no cargaron directamente contra Rossi, en la Rosada tomaron nota del corte de boleta en favor de Maria Eugenia Bielsa y del rol que jugó Carlos ‘Lole’ Reutemann en los últimos días de campaña. El objetivo de Cristina es superar las primarias con una amplia diferencia sobre sus rivales de la oposición, pero también con una cosecha que le dé un amplio colchón de votos para las generales de octubre. Esta meta ahora causa preocupación, por lo que no descartan que en los próximos días la Presidenta reúna a su mesa chica para analizar si pegan o no un golpe de timón en la estrategia electoral".

Ámbito: "no hubo transferencia de bondades e imagen de Cristina de Kirchner a su candidato local. En Gobierno afirman que la intención de voto a la Presidente entre los santafesinos supera el 35% (no faltará quien equipare ese indicador con los votos que logró María Eugenia Bielsa, candidata a primer diputada provincial, que superó el 37% de los sufragios). A medias, con apenas una incursión en la provincia y compartido el escenario con Binner, Cristina acompañó a Rossi pero, anoticiada de los localismos y temerosa de derrotas que puedan anotarse a su nombre, arriesgó menos de lo que, en otros tiempos, arriesgó Néstor Kirchner, que en 2007 apoyó pública y reiteradamente a Bielsa, quien frente a Binner consiguió, aquel año, el 42% de los votos".

Ibáñez: "Son extremas las interpretaciones que limitan al kirchnerismo al 22,5% del candidato a gobernador como aquellas que diagnostican que el 36% de la candidata a diputada es el piso electoral de Cristina para el turno del 14 de agosto y, en simultáneo, para el 23 de octubre.
Las elecciones del pasado reciente ponen bajo observación ambos pronósticos. Un caso testigo: en septiembre de 2007, Rafael Bielsa obtuvo el 43% de los votos en la disputa por la gobernación con Hermes Binner, pero perdió.
El 28 de octubre siguiente, en la presidencial, Cristina de Kirchner consiguió el 35,5% y ganó (aunque superó por apenas un 1,4% a Roberto Lavagna). Predecir que la base electoral K es el 22,5% de Rossi es, a esta altura, tan antojadizo como sostener que es el 36% de Bielsa".

Majul (La Nación): "Macri se bajó de la presidencial por eso, aunque el huracán Del Sel hoy lo pueda hacer dudar. Fue porque Jaime Durán Barba, Nicolás Caputo y Marcos Peña, entre otros, le plantearon todos los escenarios posibles antes de las presidenciales de octubre. Los más pesimistas y los más optimistas. Y con ninguno llegaba. Lo convencieron: aunque el Frente para la Victoria perdiera en la Ciudad, en Santa Fe y en Córdoba -como seguramente va a suceder- Macri habría perdido en la primera o en la segunda vuelta ante la Jefa de Estado.
Es verdad que todavía falta mucho para la gran final. Y que este nuevo clima de época que parece afectar seriamente la idea de que "Cristina ya ganó" puede producir otros cambios e inducir errores propios más graves de los que la Presidenta cometió en su última visita a Santa Fe.
Para que la Presidenta pierda, Duhalde o Alfonsín deberían instalarse en el centro de la escena y empezar a ser vistos, de verdad, como mejor alternativa que lo que existe ahora.
Y eso, aún, a pesar de todo, no sucedió".

Fraga: "Hay significados que si tienen alcance nacional. El primero es que el kirchnerismo no ha logrado reconciliarse con el voto del campo, pese a los buenos precios y la mayor rentabilidad que cuando estalló el conflicto. Esto seguramente se confirmará el 7 de agosto en Córdoba, donde el oficialismo nacional ha quedado sin candidato, al enfrentarse con el peronismo cordobés que lleva como postulante a Juan Manuel De la Sota.
El segundo es la creciente divergencia entre el peronismo y el kirchnerismo, agudizada desde que la Presidenta eligió sus candidatos en base a los criterios de lealtad, juventud y decisión para enfrentar a las corporaciones, sin atender a las estructuras políticas y sociales. Esto se hizo evidente en la segunda vuelta de la elección de Tierra del Fuego, donde el peronismo ortodoxo votó por la candidata del ex ARI, que expresó su apoyo a Binner en el ámbito nacional, siendo derrotada la candidata de Cristina, que llevaba como vice a un dirigente de La Cámpora. Algo similar sucedió siete días después en la primera vuelta de la elección porteña, cuando la lista apoyada por La Cámpora y por la Presidenta obtuvo sólo el 14% de los votos. Y volvió a suceder en Santa Fe, donde Carlos Reutemann quitó explícitamente su apoyo al candidato kirchnerista, argumentando que el es peronista.
Por último, si bien Santa Fe no anticipa un resultado nacional, junto con la segunda vuelta de Tierra del Fuego y la primera vuelta de la elección de la Ciudad de Buenos Aires, más lo que sucederá en la segunda vuelta de este distrito el próximo domingo y una semana después en Córdoba, crean un clima más favorable hacia la oposición justo antes de las primarias obligatorias del 14 de agosto, transformadas en los hechos en una preelección. Santa Fe cuestiona la tesis de que Cristina ya ganó, aunque queda planteada la duda de si la oposición sabrá aprovecharlo".

Sarlo: "Rossi, al filo de las once de la noche, pronunció un discurso digno y subrayó el triunfo en diputados de María Eugenia Bielsa. Como en la ciudad de Buenos Aires, en Santa Fe el candidato a gobernador del kirchnerismo dio una batalla que si ganaba iba a tributar al "modelo" y si perdía iba a pagar solo el gasto. Lógicamente, Randazzo no recibió la orden presidencial de que alguien viajara para darle un abrazo al derrotado. En el temperamento de Cristina Kirchner hay algo profundamente egocéntrico que la lleva a actuar como si las victorias le pertenecieran y las derrotas fueran de los otros".

Joaquín Morales Solá: "Cristina Kirchner tiene sólo 20 días, hasta el 14 de agosto, para resolver un conflicto político y social que no quiso solucionar durante más de tres años. Existe un triángulo sojero que abarca las zonas más ricas de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos. No comprende a las grandes capitales provinciales, sino al interior rico en producción rural. Según especialistas electorales, ahí viven 1.200.000 electores de la Argentina, que en 2007 votaron masivamente a Cristina Kirchner. Quizás no sentían identificación política ni ideológica con ella, pero se sentían cómodos con la marcha de la economía. En 2008, cuando estalló el escándalo por la resolución 125, se divorciaron de la Presidenta de la peor manera. Cristina Kirchner debe desde ayer a Guillermo Moreno, y a su propia persistencia en el error, la peor derrota en la historia del peronismo en Santa Fe".

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