miércoles, 27 de julio de 2011

"Tapa, tapa, que no se van a dar cuenta"...

Uno ya se estaba por ir a dormir luego de una jornada larga, pero ahí estaban abiertas las páginas de los "análisis políticos de la Cadena Nacional de la Gente Linda, tan exultante estos días de triunfos aplastantes sobre la Dictadura K. Y la mentira de siempre: "Los leo por arriba y los dejo para mañana". Pero no. Y menos si te encontrás con una columna como la de Pepito en La Nación (¡¡¡sí, también ahora escribe para los Saguier) que quiere presentar a la UCR como la gran ganadora de la elección del domingo en Santa Fe. A tal punto que comienza con un "Se advirtió en la cobertura de muchos medios porteños un manejo entre deficiente y tergiversado de lo que indicaban los cómputos, seguramente por desconocimiento del peculiar y -si se quiere- sofisticado sistema político de esa provincia". "Bueno", me dije. Por fin Pepito viene a poner sobre papel esos datos que todas estas horas los medios nacionales vinieron a esconder: que el kirchnerismo perdió duramente la elección a gobernador, pero ganó las dos cámaras legislativas y la mitad de las intendencias. En comparación, el tan halagado y presentado victorioso Miguel del Sel también perdió la gobernación (ahí nomás), logró el 12% de los votos para las legislativas y no ganó ninguna intendencia. Bueno, de todo esto, Pepito dice nada. Por ejemplo: "Algo aún más sugestivo se produjo en las decisiones municipales. De las 43 intendencias en disputa en ciudades de más de 10.000 habitantes), el Frente Progresista ganó 22. En 20 de ellas, ganaron los radicales (Santa Fe Capital, Avellaneda, Arroyo Seco, Capitán Bermúdez, Carcarañá, Coronda, Firmat, Funes, Las Rosas, Reconquista, San Cristóbal, San Javier, San Justo, San Lorenzo, Santo Tomé, Totoras, Villa Cañás, Vera, Villa Constitución y Villa Ocampo). Sólo dos le dieron el triunfo a intendentes socialistas, Rosario y Pérez. La UCR reporta no haber perdido ninguna ciudad gobernada por ellos, mientras que sumaron ahora cuatro más. Santa Fe tiene más de 300 localidades con menos de 10.000 habitantes, pero la tendencia indicaba que el 85% de los gobiernos comunales donde triunfó el Frente Progresista serán encabezados por presidentes comunales de la UCR". Es decir, de las 21 que ganó el FpV, nada. Bien.
En Clarín, lo mismo. La editorial de Kirchsbaum, ni mu. En la columna de van der Kooy (que anda tan contento que escribe todos los días), tampoco (pero sí deja un razonamiento monumental. ¿Vieron que en esta elección todas las encuestadoras no acertaron ni por asomo los resultados, apenas el ganador a gobernador, Bonfatti, pero por mucho menos de lo que proyectaron? -Cosa que llevó a Córdoba a prohibirlas hasta 10 días antes de la próxima elección a gobernador, donde va a perder el kirchnerismo aunque no presente candidato-. Bueno el tema es que le erraron todas las encuestadoras: desde las "kirchneristas" hasta las más serias, en la clásica categorización que imponen estos medios. Pero van der Kooy tiene una explicación para esto: "Otra cuestión que es prudente de ser indagada, después de Capital y Santa Fe, sería la de las encuestas. Los números K, que exhiben a Cristina por las nubes, se han silenciado . Los números que no son K están siendo sometidos a revisión a raíz de algunas conductas llamativas de los encuestados". ¿No es genial? Es decir, los encuestadores truchos K le erran porque son pagos por los K para engañar a la población y bla bla bla. Cuando yerran las serias es porque fueron engañadas por los encuestados. Inmejorable, no me digan que no). Y en esta crónica sobre la minoría socialista en las cámaras, NO SE HABLA en ningún momento del kirchenrismo, sino que se lo menciona mediante el nombre formal del partido, Frente para Todos. ¡Y eso que estamos hablando de Clarín, que tiene una predilección de calificar de kirchnerista hasta las moscas que deciden manchar nobles superficies blancas, eh! Tampoco la editorial de La Nación se entera pero sí aprovecha la oportunidad para azuzar el rechazo al autoritarismo K.
Los escribas del Poder todavía (martes) no han tenido tiempo o ganas de reflejar esa otra parte de la elección santafecina, pero sí potenciar el poder de fuego del Campo contra el gobierno (aunque no se sabe bien de dónde salieron esos votos que le dieron al kirchnerismo el triunfo legislativo y en la mitad de las intendencias)  y apuestan por que esta onda se extiende por todo el país así CFK no triunfa en octubre. Así se entusiasma Laborda: "Si en las elecciones presidenciales de 2007, Cristina Kirchner obtuvo poco más del 45 por ciento con el acompañamiento de buena parte del campo y de los sectores medios urbanos, parece muy difícil que, cuatro años después, pueda llegar a obtener ese mismo porcentaje que le permitiría ganar en la primera vuelta sin tener hoy el aval del campo y de vastos sectores medios de las grandes ciudades.
No parecería factible, entonces, imaginar que Cristina Kirchner pueda vencer en primera vuelta con el mágico 45 por ciento".
Una simple respuesta para Laborda es que aunque él no lo crea hay muchos más sectores sociales que el Campo. Cosa que hace su compañero Rodríguez Yerba: "A la Presidenta le bastaría con sacar un 40 por ciento en la provincia de Buenos Aires para encaminar un triunfo amplio a nivel nacional. Es una cifra seis puntos por debajo de la que obtuvo hace cuatro años y siete por encima de la que sacó Néstor Kirchner en 2009, en el peor momento del Gobierno.
Con una base sólida en Buenos Aires, incluso una repetición de los flacos números de la Capital y Santa Fe aportaría algo a la suma global. Imaginemos que sólo sacara en la ciudad el casi 28% que tuvo Daniel Filmus; en Santa Fe, los 22 puntos de Agustín Rossi, y un porcentaje pésimo en Córdoba (digamos, el 15%). Sumados a aquellos hipotéticos 40 puntos de Buenos Aires, tendría garantizado en ese bloque del centro del país más de 20 puntos nacionales.
El resto del trabajo lo harían las provincias del Norte. El gobernador K de Misiones, Maurice Closs, sacó en su distrito un número de sufragios tan grande como el de Rossi (en un padrón tres veces más chico). Catamarca, Chaco, Formosa, Jujuy, La Rioja, Santiago del Estero y, sobre todo, Tucumán prenuncian resultados igual de contundentes para el oficialismo (y desastrosos para los opositores, que no han conseguido presentar allí candidatos locales competitivos). En el NEA y el NOA una elección de acuerdo con los antecedentes recientes le aportará a la Presidenta hasta 17 puntos nacionales. En Cuyo (le va mal en Mendoza y San Luis, y muy bien en San Juan) recolectaría 2 o 3 puntos para el total país. Y en la Patagonia, con escaso caudal de electores, sería razonable (según lo que ya se vio en Chubut, Tierra del Fuego y Neuquén) que captara la mitad de los votos en juego. Obtendría, entonces, lo que falta para acercarse al 45 por ciento nacional que consiguió en 2007 (cifra que en la elección general asegura el triunfo sin ballottage)". Y se atreve a sospechar que esta ola triunfalista de los escuálidos empleados del Grupo A(hhh) quizás se les vuelva en contra cuando la gente vea que son una expresión minoritaria que se la pasa festejando triunfos ajenos y/o falsos, que se adjudican triunfos junto a quien a nivel nacional será su adversario o directamente deben esconder su triunfo para no descubrir su mala imagen ante electorados sensibles.

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