sábado, 20 de agosto de 2011

El establishment se acomoda

Y lo escribe (lobbiando) en sus diarios.
Blanck: "Cristina está a las puertas de atesorar más poder político que cualquier otro presidente democrático en el último medio siglo, por la estricta vía del voto popular.
Frente a esa realidad, que aún deberá ser verificada, hay otras formas de reaccionar. Por ejemplo, la de los empresarios que, siempre en privado, solían descargar críticas feroces sobre la Presidenta, sus funcionarios y sus políticas. Muchos de ellos, cuenta un alto directivo de la Unión Industrial Argentina, atosigaron los teléfonos y correos electrónicos de la entidad pidiendo comprar sus tarjetas para participar dentro de dos semanas de la cena por el Día de la Industria. Pequeño detalle: se anuncia que allí estará Cristina junto a sus ministros .
En la central industrial ya le están avisando al Gobierno que la concurrencia prevista hasta hace pocos días podría llegar a duplicarse: ninguno quiere quedarse fuera de la foto ahora que ella tiene el 50%. Desde la UIA le avisan a las autoridades porque la cena se hará en Tecnópolis, la feria que es el mayor ícono actual del cristinismo.
“Un lugar neutral” , según la ironía desolada del directivo industrial que cuenta esta historia menuda".
Bonelli: "En la UIA se insiste en que todos los motores del modelo kirchnerista comenzaron a tener trastornos y que ya no traccionan como en el período 2003-2007. Para los caciques fabriles las claves de ese esquema exitoso y las actuales asignaturas pendientes son las siguientes: Antes había un dólar alto, que ahora está atrasado . Se habla de 25 puntos. Antes hubo recomposición salarial sin puja distributiva. Hoy la pelea precios-salarios sufre una escalada peligrosa Antes había baja inflación y ahora un alto ajuste de precios.
Antes era alta la capacidad ociosa, que hoy está agotada. No se puede aumentar la producción sin una mayor inversión. Antes había colchón tarifario y ahora el retraso acumuló un déficit millonario en subsidios.
Antes existía superávit fiscal; hoy se perdió en las cuentas del Estado, que ni siquiera hay Presupuesto.
Antes existía superávit comercial, para pagar deuda y aumentar reservas. Hoy el superávit comercial se utiliza para financiar sólo la fuerte fuga de capitales.
Para los hombres de negocios esos desajustes obligan a una corrección en la economía argentina, la cual se hace más urgente en medio de una crisis internacional de impredecibles consecuencias. Ellos sostienen que la existencia de esos desajustes es uno de los incentivos a la fuerte demanda de dólares, que persiste a pesar de haberse despejado la incertidumbre electoral.
Este nuevo cuadro político y económico fue lo que evaluó el lunes la Asociación Empresaria Argentina. El encuentro había sido convocado hace semanas por Jaime Campos y tuvo una asistencia perfecta. Su desarrollo reflejó la prudencia que tienen hoy los máximos hombres de negocios de la Argentina. Un grupo de dirigentes expuso una propuesta que no tuvo el aval del conjunto: quería que la AEA envíe un telegrama de felicitación a Cristina Kirchner y un pedido de audiencia con la Presidenta. Cristiano Rattazzi y Eduardo Elsztain fueron los más entusiastas. Pero el conjunto decidió mantener la calma y esperar hasta las elecciones de octubre. La decisión se adoptó también porque AEA quiere confirmar una cuestión: si las promesas de diálogo de Cristina se cumplen o si el amplio triunfo electoral va a profundizar la confrontación con los empresarios".
Oviedo: "Antes de los comicios había muchos ejecutivos diciendo: "Más vale malo conocido". Es lo que Guillermo Moreno dice cuando se reúne con ejecutivos de empresas para indicar las pautas de precios. "A fin de año me voy, aunque a lo mejor tengo que quedarme, porque ustedes me van a pedir", luego de aclarar que "viene una renovación". Y todos apuestan a que el sucesor será Iván Heyn, actual presidente de la Corporación de Puerto Madero e integrante de La Cámpora.
El sistema de precios de Moreno permite salidas a las grandes compañías de consumo masivo. No pueden tocar demasiado los precios de los productos básicos, pero tienen libertad para fijar altos valores para bienes novedosos destinados a sectores pudientes. "El problema lo tienen las pymes, con una lista corta de productos de consumo popular; no tienen con qué compensar los costos que crecen", dice un empresario".

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