lunes, 3 de octubre de 2011

Bonasso y Laclau, sobre el kirchnerismo

Ambos andan promocionado nuevos productos culturales. Bonasso, su libro El Mal. Laclau, su programa de televisión Diálogos con Laclau, que se emitirá a partir del 9 de octubre todos los domingos, a las 20, por Canal Encuentro.
Bonasso: "El modelo K y la Barrick tienen una historia y un significado político muy concreto: lo perverso es que estén juntos y lo que implica es que este modelo K, por imperio del PJ, de Néstor y Cristina Kirchner, se ha convertido en la continuidad del menemismo por otros medios".
Sobre la mesa hay una copia del libro que, desde sus primeras páginas, vincula a la minera presidida por Peter Munk con los dólares del traficante de armas saudí Adnan Kashoggi y del ex presidente norteamericano George Bush (padre), a través de la CIA y los fondos del escándalo Irán-contras.
Sin perder el ritmo de novela, El Mal cuenta cómo la multinacional canadiense fue obteniendo amplios permisos para explotar en San Juan los yacimientos de oro de Veladero y Pascua-Lama (proyecto binacional con Chile) a través de los gobiernos de Menem, Fernando de la Rúa y los Kirchner. También, según Bonasso, cómo se violaron leyes impositivas, de defensa y medio ambiente. Y, sobre todo, cómo la Argentina y Chile cedieron aguas y soberanía para crear un "tercer Estado" en cada yacimiento, que no pueden controlar. "En Pascua-Lama, el oro se sacará un 75% del lado chileno, pero nosotros proveemos el 90% del agua y del lado argentino queda el valle de lixiviación, una olla de agua, roca molida y cianuro equivalente al dique San Roque [de Carlos Paz]", señala el diputado, que repasa cada dato con su joven mujer, la mexicana Olivia Vidal.
"Cada día, van a triturar 45.000 toneladas de roca con 4 toneladas de cianuro y 27 millones de litros de agua", agrega, para llamar "cómplices" del saqueo a la Presidenta y sus ministros. "Si fuera meramente un acto de corrupción, yo ya cumplí como ciudadano cuando los denuncié ante la Justicia. Pero esto es corrupción estructural. Estamos hablando del porvenir de la República", enfatiza.
Bonasso sostiene que la política sobre minería hizo estallar su relación con el kirchnerismo, del que fue promotor en sus inicios. Ex secretario de prensa del breve gobierno de Héctor J. Cámpora, el diputado critica duramente a los jóvenes que han tomado su nombre y que componen el grupo juvenil kirchnerista. "Hay muchos que están por ideales, pensando en hacer un cambio. Otros están dentro del funcionariado, cobrando sueldos muy elevados que tienen poco que ver con la militancia histórica que yo conocí, porque el Estado no pagaba la militancia." El diputado marca otra diferencia entre la juventud del 70 y la actual. "Tuvimos la suerte, porque no hubo un corte de 30.000 desaparecidos, de tener un vínculo con nuestros maestros. Yo lo conocí a Walsh y aprendí de él en una redacción. Esta generación necesita maestros", sostiene.
Bonasso acusa a la Presidenta de cometer "varias acciones ilegales" contra el país. Del fallecido ex presidente lamenta el momento en que resignó la "transversalidad", para recostarse en el PJ. "Claramente abandonó cualquier idea de renovar la política y pasó a convalidar un sistema feudal en el cual gobernadores e intendentes mezclan negocios con política. Mi ruptura comienza ahí, porque yo no estuve nunca con el PJ: nosotros despreciábamos profundamente al PJ ya en los 70. Ni hablar ahora. No por las bases, sino por una dirigencia corrupta", sostiene".

Laclau: "–Hay una clara apuesta del kirchnerismo a la juventud. ¿Puede decirse que este grupo poblacional reemplazó a los movimientos sociales protagonistas de la construcción política kirchnerista de 2003?
–Sí. Son fuerzas que antes no habían participado del espacio público y que están empezando a hacerlo desde el kirchnerismo. Tengo muchas esperanzas respecto de lo que La Cámpora puede llegar a representar en la vida política argentina en los próximos años.
–¿Por qué el inicio de la participación política de esos sectores se dio desde el kirchnerismo?
–Los otros espacios políticos no han representado ninguna voluntad de cambio en el país. ¿Qué cosas nuevas vinieron de (la titular de la Coalición Cívica, Elisa) Carrió, del radicalismo, del resto de las agrupaciones opositoras? Ninguna ha generado un proceso novedoso. Del otro lado está la izquierda tradicional, que tampoco ha representando un proceso de cambio. La real izquierda en el país es el kirchnerismo.
–¿Y el surgimiento del Frente Amplio Progresista (FAP)?
–(El gobernador de Santa Fe y candidato a la presidencia por el FAP, Hermes) Binner representa una centroderecha decorosa. De él puede llegar a venir una oposición real al kirchnerismo. Será la próxima segunda, aunque débil, fuerza política del país. Si con el paso del tiempo empieza a haber sectores que no estén contentos con el Gobierno, el FAP podrá alimentarse de ellos. (El jefe de Gobierno porteño, Mauricio) Macri también puede ser una oposición real. No descuento una alianza entre ambos para el futuro, cosa que hoy es impensable.
–El reclamo de los pueblos originarios por sus territorios es un ejemplo de demandas no resueltas por el Gobierno.
–Las demandas de los pueblos originarios no fueron respondidas puntualmente, pero tampoco son centrales para la estructuración de la política.
–Si ése es el análisis del oficialismo, esos temas son una oportunidad que la oposición desperdicia.
–La oposición ha hecho un papel patético en el país durante los últimos dos años. Tienen un discurso autista que no establece vínculos con la sociedad, que está únicamente ligado a la partidocracia tradicional, a una estructuración del poder hoy caduca. Hubo una enorme expansión de fuerzas sociales nuevas a las que sólo el kirchnerismo dio cabida. La oposición estuvo siempre ciega a ellos, inmersa en un círculo vicioso del que no puede salir. No tienen ninguna capacidad expansiva hacia los movimientos sociales que se están dando en la sociedad en general.
–¿Es momento de que el kirchnerismo empiece a pensar en un sucesor?
–En primer lugar hay que ver si Cristina no puede ser reelecta, si no se modifica la Constitución. Sé que a ella no le gusta que se mencione el tema, pero me parece que una democracia real en Latinoamérica se basa en la reelección indefinida. Una vez que se construyó toda posibilidad de proceso de cambio en torno de cierto nombre, si ese nombre desaparece, el sistema se vuelve vulnerable. En Brasil la transición no ha sido fácil. No obstante, el kirchnerismo ha producido cuadros excelentes: Agustín Rossi, Carlos Tomada, Amado Boudou. No van a faltar sucesores".

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