domingo, 23 de octubre de 2011

El gobierno de CFK fue tan malo que la selección pasó del primer puesto al décimo. ¡Así no se puede!

Uno se ilusionó cuando en el regreso de la Editorial de Clarín se afirma, hasta diría, se promete: "Afrontar con espíritu constructivo y verdadera vocación de unión nacional la nueva etapa que se abrirá". Los ojos expresando sorpresa pero a la vez una ingenua esperanza de que la empresa paraperiodística que tanto ha hecho en contra de esos dos valores democráticos haya reflexionado se van al diablo cuando uno lee una complementaria como la firmada por Campanario y Bidegaray que le achaca al gobierno que la selección argentina, en estos 4 años, pasó del primer puesto del ranking de la FIFA al décimo (no sin antes olvidar que comenzó con una apelación a la incredulidad de aquellos que creían que River no podía descender, en una apelación relacional típica de un enorme "Nada que verrrrr").
Pero bueno, ese puede ser un dato de color, quizás una humorada en una jornada difícil para el emporio de Ernestina y Magnetto. Entonces, uno vuelve y busca las 80 variables que "describen" el mandato de CFK. Así, las primeras 17 líneas refieren a las bondades de la gestión de la primera mandataria, que hoy sería reelecta con un amplio resultado electoral, orillando marcas históricas.
Para luego revorrer más de 20 hasta llegar a John Lender unido con Transparency Internacional. ¡Y eso que la mitad de las 80 variables prometidas quedaron afuera!
Un párrafo puede servir como muestra de este mecanismo discursivo-periodístico de pintar un panorama sombrío en un día justo cuando la población ratificará del rumbo económico con una contundencia nunca vista en la historia de la Argentina contemporánea: "El país perdió su superávit fiscal -el gasto público pasó del 35,9% del producto al 41,4%- y cuenta con una economía menos competitiva por su atraso cambiario. Las reservas, si se tiene en cuenta el pago del cupón de US$ 2.300 millones del 15 de diciembre próximo, son casi las mismas en términos absolutos (US$ 46.000 millones), pero bajaron en relación al tamaño de la economía. Durante el mandato de CFK hubo una fuga de capitales de 70.000 millones de dólares y el superávit comercial pasó de 12.000 millones de dólares a US$ 8.000 millones".
Lo mismo uno de la editorial: "Políticas que acertaron en fortalecer la autoridad política, recomponer el mercado interno y recuperar la autoestima colectiva cotejan en la balanza con la desatención de los hechos de corrupción e inseguridad, el manejo discrecional del aparato estatal, la erosión de la independencia judicial, la manipulación de las estadísticas oficiales, la retórica beligerante y el hostigamiento hacia el periodismo independiente. Las elecciones primarias, que debutaron con el aducido propósito de fortalecer a los partidos y mejorar la representación política, terminaron oficiando como una presidencial preliminar en la que ningún candidato surgió del voto ciudadano". 
Cuando acomodar la realidad al relato se transforma ya en una patología alucionógena, no alcanzará ninguna pomada.

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