lunes, 10 de octubre de 2011

Majul y Clarín le agradecen a Lilita los servicios prestados

Tantos años elucubrando daños, repitiendo lo acordado, inventando historias, planificando catástrofes, deformando datos, manipulando realidades, estigmatizando personas, deslegitimando lo bueno, creando nuevos cucos, menospreciando la inteligencia de mucha gente, todo a costa de su caudal electoral (perdió 20 puntos porcentuales en sólo 4 años) no podía ser no reconcoido por las plumas de los medios empleadores.
Más, luego de presenciar que su capacidad de fuego en ese marco de "partidos" mediáticos y discursos muy lejanos de la realidad de la gente está intacto, al poner contra la pared al timorato Binner por el tema de la reforma constitucional (parece que la otra ofrenda carriotista sobre Papel Prensa no prendió tanto porque se descuenta que después del 23O los diarios del país van a poder pagar el mismo precio por el papel de diario que Clarín y La Nación. Una cuestión apenas de justicia, o bien de mínima igualdad comercial).
Entonces hoy Majul le regala a Lila: "Elisa Carrió ya casi no tiene votos y su futuro político está en serias dudas. Es una de las grandes derrotadas de las elecciones primarias del pasado 14 de agosto y es probable que le vaya todavía peor en las presidenciales del próximo 23 de octubre. Sin embargo, su experiencia como parlamentaria y convencional constituyente y el conocimiento profundo de sus colegas en el Congreso la convierten en una analista política excepcional, aunque para construir mayorías su fracaso haya sido rotundo. El menemismo primero y el kirchnerismo después desataron sobre ella sendos y exitosos planes de pulverización. La acusaron de loca. De denunciadora oportunista sin pruebas. De pronosticadora y pitonisa sin brújula. Sin embargo, sus señales de alerta siguen siendo tenidas en cuenta por la mayoría de la clase política".
Osea, seguir con esa loca interpretación de la jefa de Fer Iglesias y Pato Bullrich de que la gente la castigó por decir la verdad, y optó por votar la mentira y la impunidad. "Carrió puede ser apocalíptica y algunas veces dice lo que la mayoría no quiere escuchar. Sin embargo, lo que vaticina ahora no parece una locura: van por todo, envalentonados por lo que será la victoria más aplastante desde 1983 y sin una oposición capaz", termina Luisito Investigador, luego de repetir por enésima vez que la libertad de expresión está en juego y apretar a Scioli, Urtubey, De la Sota, bah, seguir la onda de presionar a todo aquel que no se suba al carrito denunciativo de Carrió que tan buenos dividendos le ha dado ante la sociedad (buenísimos. De Vedia, en La Nación, intenta hacer lo mismo con los legisladores nacionales por Corrientes si se llegan a atrever a votar a favor de que no mueran mujeres por no recibir cuidados médicos cuando deciden abortar. También la vocero para Argentina del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ana Barón, escribe con esa misma metodología acerca de lo enojados que están en ese país con la Argentina. Prometen chachás en la colita fuertes).
Aulicino, en Clarín, se muestra más desconfiado, no tan dadivoso para con la Naranja Cansada: "Los dichos de Carrió emergieron como un recurso para jugar la única carta que le quedó en las manos luego del pobre papel hecho en las internas abiertas: apostar a conseguir algunas bancas en Diputados. Por eso, planteó el tema de la reforma como un objetivo no declarado del oficialismo para afianzar un proyecto hegemónico y, en contrapartida, destacó la necesidad de contar con legisladores dispuestos a no negociar en ese terreno. Puso en la mira, entonces, la actitud de Binner, el candidato con más chances de capitalizar votos de centroizquierda que alguna vez cosechó ella misma".
Quizás algún día entiendan que Carrió no es que no fue votada por decir las cosas que la sociedad prefiere no oir o esconder. No. No fue votada por haber mentido tanto. Tanto tiempo. Todo tiene un límite. Y eso que descartamos el legítimo análisis sobre las políticas económicas que propicia con un Prat Gay al lado o bien sus visitas a la Embajada. Una lástima. Una vez que la iba a pegar, no va a estar para disfrutarla.

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