sábado, 5 de noviembre de 2011

Sirvén maniquea en una empresa maniquea para sus jefes maniqueos

El Sirviente acusa a El Pacto de ser maniquea, es decir, de exagerar las posiciones entre malos y buenos, sin grises intermedios, además de recurrir a textos, diálogos explícitos antes que jugar con lo no dicho y lo implícito.
Desglosemos su "crítica" del primer capítulo:
-"El primer capítulo de la miniserie financiada por el Estado..."
-""Esta historia es una ficción. Cualquier semejanza de los hechos y personajes interpretados en esta historia con la realidad es pura coincidencia", miente la placa que se lee en el arranque. Horas antes, el noticiero de Canal 7 la había promovido intensamente como "la miniserie [que] relata la apropiación de Papel Prensa durante la dictadura militar". Y, lógicamente, 6,7,8 y toda la usina de medios oficialista había batido el parche en la misma dirección".
-"Si el denominador común de las ficciones impulsadas por el Incaa, y que se están viendo por distintos canales desde hace un par de semanas, es la de ofrecer argumentos políticamente correctos que contienen lo "deseado" por el gobierno actual, pero nada que lo incomode en lo más mínimo, en anticuadas y aleccionadoras fábulas moralistas, El pacto cumple con creces esa misión con profusión de diálogos afectados y sentenciosos repletos de "mensajes" explícitos".
-""¿Usted es uno de esos resentidos sociales que está escarbando sobre el pasado?", le hacen decir con cara antipática a un alumno, casi como si se tratase del veterano familiar de un represor. Del lado "bueno", otro estudiante, mucho más afable, suelta la consigna que el Gobierno agita desde que rompió su estrecha amistad con el Grupo Clarín a partir del conflicto con el campo: "Lo peor es la concentración de medios en un solo dueño, me parece que es un poder muy peligroso". Y después agrega que "de ahí viene la cantidad de gobiernos que voltearon" y frases por el estilo que resultan del todo familiares a la liturgia K, sólo a partir de 2008 (antes de esa fecha no demostró gran interés por esos temas; por el contrario, otorgó beneficios clave al que hoy considera su "Enemigo Público Nº 1")".
-"Para "ablandar" tal mamotreto..."

Dudas: ¿Sirvén tiene un pacto? Que se haya olvidado de contextualizar que la empresa para la cual él trabaja está involucrada en el caso que la miniserie relata, ¿es parte de ese pacto?
¿La Nación no recurre también a los blancos y negros cuando se trata de acusar a los otros?
Es decir, ¿se pretende que los otros no lo hagan cuando tocan intereses propios?
Otra: ¿Qué hubiera escrito Claudio Minghetti?
A propósito: ¿FOPEA sigue averiguando las dos caras de la verdad? ¿Le preguntará a los que les tiraron piedras a los periodistas independientes La Nata y Magda Ruiz su versión de los hechos como prefirió preguntarle a la patronal de La Nación cuando ésta echó por razones ideológicas a Minghetti?

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