lunes, 26 de diciembre de 2011

Luego de la Alfano, ahora Pepe: la ciudadanía de la tostada

Uno hace una pausa por la Navidad y se da el placer de visitar el pueblo natal para luego volver a la ciudad y retomar las últimas actividades del año ¿para qué? ¿Para esto? ¿Para entrar en Clarín y seguir viendo el torrente de defensa de sus negocios antes que información? "Si", me contestan acá cerca. "Dos días de corte fueron suficientes, pibe". ¿Pero encontrarse con esta editorial enojada y desbocada de Pepe era necesaria, como para volver al curso editorial de la empresa paraperiodística de Ernestina y Magnetto? Ni quiero imaginarme lo que habrán sido las columnas y editorial del sábado y el domingo. Ya estuve pispiando un poquito la de Joaco rumbo a Venezuela...
Pepe comienza transformando las inciativas oficiales en el Congreso (retrasadas un año por el grupo de tercerizados del Grupo que copó el funcionamiento de dicha institución en diciembre de 2009) en embestidas parainstitucionales. Justo son las que trastocan los intereses de sus patrones, ahora amenazados por un par: el grupo Vila-Manzano-De Narváez (¿por qué siguen sin nombrarlo al tercero ? ¿Tantos favores le deben al Colorado?). Llegan al extremo de criticar lo que en ellos es una práctica habitual: llevar a un especialista y hacerle ratificar la visión del medio para sumar legitimidad discursiva (aquí). Hasta llegan a poner en duda la independencia de los cables que apoyan al Grupo UNO en la solicitada que sale desde hace unos días (como si los de ADEPA lo fueran cada vez que usan a esa cámara empresarial como dueña de la libertad de expresión del país) y que carcome la palabra de Clarín, que está experimentando su propia medicina sin más que quejarse como señora enojada que ve que su imperio se desmorona y ahora sí no hay nadie que pueda ayudarlo.
Luego de mentir con el tiempo récord en el cual se votó la ley de precio igualitario para el papel de diario (presenta como que fue en apenas semanas cuando en verdad la ley está desde el año pasado, sólo que fue cajoneada y demorada por los diputados espadas de la empresa haciendo uso de la mayoría que se autoadjudicaron en las comisiones correspondientes del Congreso), quiere imponer que no es un insumo muy importante ahora, en la era digital. ¡Je! Y vuelve a retomar esa cifra-guión que ha aparecido desde la última semana: "El 80% de los medios del país son kirchneristas". Número no respaldado por ninguna fuente confiable. Pero se lo tira para ahora construir una figura inverosímil: Clarín apenas es un conglomerado chiquitito de 200 medios mientras que el Estado está edificando un megamonopolio aún más peligroso para la democracia y la libertad de expresión.
No conforme, tira otro dato no respaldado: que esos pocos medios independientes y objetivos que quedarían libres del yugo kirchnerista son los más consumidos por la gente, para finalmente llegar a la conclusión más inquietante: presentar al militante como descerebrado y manejado a control remoto, mientras que lo que hay que proteger es a Doña Rosa desayunando: "El problema del Gobierno es que no entiende o no quiere entender la función del periodismo en la sociedad. Lo demostró Cristina cuando dijo en su discurso de reasunción que lee los diarios “como un ejercicio militante”.
Casi nadie lee los diarios así, Presidenta.
La gente lee los diarios para informarse, entender los procesos sociales, entretenerse, o como un servicio que lo acompaña en la vida cotidiana. Leer los diarios es mucho más que una práctica militante y sectaria . Es una forma cotidiana de pluralismo, de integración al debate. Un modo más de construir ciudadanía cada mañana , junto al café con leche y las tostadas". (Fuente)
Mientras tanto, Santi habla de dinastía fanática: "Si el fanatismo ha encontrado su lugar en el poder, ¿cómo no habría de encontrarlo la repugnancia al pensamiento crítico que aun subsiste fuera de él?". Anoche, cuando llegué de Alvear a las 3 de la madrugada, lo encontré con Marianito, en Canal 26. Éste, a diferencia, intentaba justificar su golpismo histórico redefiniendo dicho término: ahora sería sinónimo de rapidez, de instantaneísmo. "Todos somos golpistas, todos queremos soluciones ya, mágicas", se lavaba magistralmente. A su lado, su ladero, el cordobés Pablo Rossi, acentía con la cabeza.

Detalle: la captura es de un titular de Clarín para describir al Grupo monopólico UNO.

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