viernes, 23 de marzo de 2012

Romero y un nuevo Malentendido

El profe Romero no da a basto. Luego de defender a Roca de los insaciabes kirchneristas y después de ridiculizar el reclamo argentina sobre las Malvinas, ahora equipara al kirchnerismo con la Dictadura de los 70's (en verdad a ambos procesos los ve como dictaduras el historiador, y no por primera vez) y pide que no molestemos a los pobres kelpers.
"El homenaje a los llamados héroes de Malvinas. Más que héroes, fueron víctimas. ¿De quién? De un Estado que periódicamente ha ofrecido su cuota de sacrificados en el altar de su ineficacia, su sectarismo y su corrupción. Este grupo -que incluye desde los “desaparecidos” a los muertos en la Estación Once- ha de incluir también a los isleños.
Pongámonos en su lugar; una vida pacífica un día interrumpida por una banda armada que convirtió su tierra en campo de combate, y para que no los olvidaran, dejó enterradas miles de minas, que todavía están allí", se acurruca Romero otra vez entre los intereses de los facklanders, diría Bety.
Antes había repetido el argumento de "El Malentendido" con el cual se lo fustigó, desde el radicalismo, a Perón, sus seguidores y al peronismo en general, pero ahora aplicado al kirchnerismo, que vino a dividir a los buenos que estaban unidos: "Comenzó la transición democrática. Quienes nos comprometimos con ella decidimos tácitamente no hurgar en nuestras disidencias y fingir que siempre estuvimos de acuerdo. Seguramente fue lo mejor. Mirar al futuro y dedicarse a establecer una democracia que, a falta de raíces más firmes, se fundó en el común repudio a la dictadura. Pero el malentendido estaba, como el esqueleto en el armario. Algunos vimos en 1983 la posibilidad de construir una democracia fundada en el Estado de derecho. Otros en cambio celebraron la derrota del enemigo y vislumbraron la posibilidad de una segunda oportunidad, donde los errores de la primera serían evitados o corregidos.
Ambas ideas convivieron, y la discrepancia tardó en aflorar. Los años de oposición a Menem facilitaron la coexistencia de las opiniones. Pero las diferencias emergieron con Kirchner, su reivindicación de la épica de los setenta y finalmente de la guerra de Malvinas, en un contexto en el que la democracia institucional se iba convirtiendo en un recuerdo borroso. El kirchnerismo ha reasumido la cultura política del nacionalismo populista, y con ella el mandato de la recuperación heroica de Malvinas. La actual cruzada del gobierno recuerda lo peor de la Guerra y subraya la locura colectiva de entonces".
Lo de festejar el 14 de junio -en vez del 2 de abril, como pide- la derrota argentina es sólo un detalle.

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