martes, 3 de abril de 2012

¿Ya les dije que seguimos aislados del mundo?

¿No? Sí, obvio. Estamos como escindidos del planeta, desde hace, no sé, como 11 años casi ya. No, terrible. ¿Lo de los libros importados? No, bueno, esas son iniciativas privadas de los pocos que siguen conservando un grado de libertad dentro de esta dictadura que ayer ya nos avisó que va por todo al cortarnos los celulares, como en la Primavera Árabe, ¿vieron? Tal cual. Bueno, lo del viento de cola, ok; en verdad es un huracán, así que nadie se salva de ese empujón, que también ya lleva muuuuchos años. ¿Estados Unidos y Europa? Y..., si no le ponen onda, tampoco el viento de cola puede hacer milagros, che. ¿Las denuncias de 40; 14; bah, de algunos países de que ponemos trabas y eso? Trabas, de obstáculos, ¿no? No, bueno, lo que se dice aislados, aislados, no. Pero estamos en eso. Sino tomen nota:
El Mingo Cavallo: "Mientras la mayor parte de las naciones en proceso de desarrollo, de las cuales China es quizás el mejor ejemplo reciente, se integran crecientemente al Mundo y aprovechan las tecnologías, las inversiones y el comercio que cruzan las fronteras  cada vez con mayor libertad, nuestro País se ha ido auto-aislando a paso redoblado.
El auto-aislamiento Argentino a quienes más perjudica es a los propios argentinos que quedaremos entrampados en una economía cerrada a las nuevas teconogías, a las inversiones y al comercio tanto de importación como de exportación. Volveremos a quedar rezagados frente al resto del mundo en materia de productividad y calidad de vida y acentuaremos las pujas distributivas internas que aceitadas con la emisión monetaria van a provocar tasas crecientes de inflación. No debería ser difícil a nuestra gente, especialmente a quienes tienen más de 30 años, advertir que ésta sera la consecuencia, porque hemos vivido el mismo proceso en las décadas anteriores a 1990".
Chantanosky: "Lo inevitable del modelo era que la emisión monetaria iba a erosionar el tipo de cambio real y generar una creciente fuga de capitales. Que el consumo artificial iba a ser insostenible y que, más tarde o más temprano, el ajuste tenía que venir, incluyendo el freno de las importaciones. Que el desborde de gasto público lleva a la búsqueda de cuanta caja pueda echar mano el gobierno. Lo inevitable también es que el gobierno aplicará cada vez más regulaciones y controles ante del desborde económico. Pero lo inesperado era que 40 países presentaran, en el momento más complicado del sector externo, una protesta contra las arbitrariedades en materia de comercio exterior. 
Lo inesperado determina que el gobierno se encuentra ahora entre la espada y la pared. O redobla la apuesta y asume sanciones que limiten las exportaciones argentinas generando una nueva baja del saldo de balance comercial, lo cual forzaría a frenar más las importaciones y enfriar la economía más rápido de lo pensado, o flexibilizar las medidas de importaciones, aceptar una caída del saldo de balance comercial y asumir una suba del tipo de cambio con consecuencias también imprevisibles y enfriamiento de la economía".
Jorgito Ávila: "Hace unos días, un lector del blog me envió una carta de Benito Mussolini al ingeniero Romeo. En los años 20, Mussolini ya era el Duce y Romeo era uno de los directores de la fábrica Alfa Romeo. El Duce acostumbraba desplazarse en un Alfa o en un Lancia, ambos autos caros y de gran porte. Acertadamente, el lector señala que "la carta es una mezcla de horror y obra de arte" y pregunta "¿a cuántos políticos populistas-mercantilistas te recuerda?" En su opinión, a "demasiados del pasado y el presente". Y agrega que le resulta divertido que funcionarios del actual gobierno argentino "usen el lenguaje de las décadas de 1920-30 como si estuvieran descubriendo la pólvora".
La carta decía:
Roma, 9 de junio de 1926
El Jefe del Gobierno
       Prestigiosísimo Ing. Romeo,
   ayer volviendo de Florencia miré con atención los instrumentos de mi Alfa (que funciona, por otra parte, muy bien) e hice las siguientes constataciones:
   a) los imanes son alemanes (Bosch)
   b) el reloj es suizo
   c) la bocina (que no funciona) es francesa!
   ¡No excluyo que dentro del auto haya otros "exotismos"!
   ¿Es así que se protege a los productos nacionales? ¿No se hacen, entonces, en Italia imanes, relojes, bocinas?
   Saludos distinguidos.
                                                           Mussolini".

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