martes, 8 de mayo de 2012

Anacro Vargas Llosa

Ayer escribía Guido Croxatto: "Sería de desear que Vargas Llosa, escribiente a los servicios del país y la ciudad en la que vive, cuestionara alguna vez (como hizo con la expropiación de YPF) las violaciones flagrantes a los Derechos Humanos y a la vida misma que se suceden hace nueve años en la guerra en Irak (que pese a que vulneró todas las instituciones del Derecho internacional, él defendió “como un paso más de la democracia”), o las torturas a presos ignotos, desconocidos (que no son presos porque están privados incluso de la condición de tales, son sólo sombras sin identidad, sombras oscuras del “progreso”, las sombras vacías de la civilización occidental) en esa cárcel oscura (donde no llega el Derecho y donde no llega la comunidad internacional) que es la cárcel de Guantánamo. O los cadáveres orinados y ultrajados. Su mera existencia es una afrenta al Derecho y una afrenta a la democracia. Es una afrenta al hombre.
Pero Vargas Llosa no habla de estas cosas. Sería interesante que repitiese ahora sus ponderaciones al frustrado Tea party, que él defendía con ahínco hasta que un maniático terminó baleando a una senadora. Pero Vargas Llosa no habla.
En el año 2010, en una muestra en el Museo Reina Sofía de Madrid, una gigantografía impactaba (la obra era del artista Eduardo Molinari) a los visitantes (por alguna razón esa muestra no se puedo exponer en el Malba). En ella, en esa foto, estaban Bush, Aznar, Fox, De Narváez y Vargas Llosa. 
Esa foto habla. Como habla el libro Diario de guerra en Irak, en el que el escritor frivoliza con comentarios banales del “tránsito” espontáneo (en medio de las ruinas y el dolor) el genocidio y la barbarie de un país partido que se hunde en el anónimo fragor de las balas. ¿Quién le pidió a Vargas Llosa que escribiera ese libro ominoso? Y ¿cuánto le habrán pagado por escribirlo? Niños sin ojos, sin brazos, bombas “equivocadas”, soldados que enloquecen. Pero Vargas Llosa no habla. 
Vargas Llosa, como Escudé, han olvidado que han defendido esa guerra-invasión ominosa (hecha al margen de todo derecho) que acabó con la dignidad de muchos gobiernos, pero también con cierta forma de entender la democracia. Ese día se acabó con el prestigio moral de la ONU. Fue algo semejante al fin de la Liga de Naciones".
Hoy leemos que el Guardián de la Derecha Española Internacional defiende el asesinar toros en público: "La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el ministro de Cultura, Educación y Deporte José Ignacio Wert, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, han asistido esta lunes a la inauguración del Espacio Arte y Cultura, un vanguardista espacio de 800 metros cuadrados que permanecerá abierto hasta el próximo 9 de junio y cuyo principal objetivo es respaldar la Fiesta.
Esta iniciativa, promovida por Taurodelta, nace con el fin de acercar la Tauromaquia a todos los públicos y crear nuevos aficionados mediante actividades ocio-culturales, entre las que destacarán exposiciones pictóricas y fotográficas, conferencias, debates, presentaciones, música, moda y gastronomía.
Fernando Sánchez Dragó, coordinador del contenido cultural, mantuvo una Conversación en la Catedral del Toreo junto al Premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien se refirió con dureza a la abolición de las corridas en Cataluña calificándola como una decisión que se atiene a "razones políticas" más que a razones de otro tipo.
"La prohibición catalana no revela el amor al toro", sino que surge de su prioridad de desgajar España, de demostrar que "Cataluña no es España". "Es el rechazo a la unidad española. Expresa hipocresía".
Vargas Llosa recordó la Cataluña con "vocación de una modernidad extraordinaria, nada provinciana" que se miraba en el resto del "mundo", algo que ahora no es así. Vaticinó que el nacionalismo que ha abolido de los toros en Cataluña terminará desapareciendo y los toros regresarán antes o después ya que hay grandes aficionados allí".

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