jueves, 3 de mayo de 2012

Buenas cosas en Clarín y La Nación

"En agosto de 2006, mientras su hijo Uri peleaba en la Segunda Guerra del Líbano, David Grossman, junto con otros dos escritores israelíes importantes –Amos Oz y A.B. Yehoshua– sacó una solicitada pidiendo “un inmediato acuerdo para el cese del fuego”, y dejando clarísimo que “la acción militar, como tal, aparece ante nuestros ojos justificada desde un punto de vista ético y está de acuerdo con la ley internacional sobre la autodefensa”. A la solicitada siguió una conferencia de prensa en la que Grossman (Jerusalén, 1954) criticó al gobierno israelí. Dijo que sus líderes parecían creer que “lo que no funciona con la fuerza, va a funcionar con más fuerza”. Unos días más tarde, su hijo Uri cayó en uno de los tanques que invadía el Líbano.
-¿Qué es locura?
-Locura es cuando la relación de las personas con la realidad se deforma. Cuando una nación crea una situación deformada y crea las situaciones para justificarla. Entre los israelíes hay muchos que piensan que nunca llegaremos a la paz. Que esa es la situación existencial que nos toca. Pienso que esa creencia es destructiva y es la que nos impide conseguir la paz.
-¿Pero la paz no precisa la aceptación de la derrota por parte de los palestinos? Como que su personaje, el árabe Sami, renuncie a las tierras de su familia, donde ahora hay un kibutz?
-Sí, a veces es necesario que alguien acepte su derrota. Hablamos de soluciones parciales, no de la justicia absoluta. Hay que acostumbrarse a las limitaciones de la realidad: los israelíes tienen que renunciar a pretensiones territoriales; al Israel bíblico. Aceptar el retiro de los territorios ocupados, levantar asentamientos. Y los palestinos tendrán que renunciar a algunos de sus deseos, que comprendo perfectamente. Pertenezco al grupo que hizo el Acuerdo de Ginebra (2003): división de tierras, no hay ley del retorno palestina, Jerusalén dividida.
-¿Como antes del 67, con el Muro de los Lamentos del lado palestino?
-No, todo lo que perteneció a la identidad judía antes de 1967 será israelí y el resto, palestino. No es ideal, pero ¿qué es ideal? Justicia completa, en los hechos, es que Israel no esté o no estén los palestinos. Por eso hablo de justicia humana, de compromiso".
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"Quienes tuvimos la oportunidad de ir a la escuela en los años 80 escuchamos en aquel entonces en la calle y hasta en boca de nuestros profesores de geografía versiones parecidas de algunos clichés tales como: "Argentina tiene todos los climas ", "En este país tirás una semilla y crece" y "En nuestro país no tenemos huracanes, terremotos o fenómenos naturales violentos".
Mientras que los dos primeros nos invitan a interrogarnos como nación por no haber aprovechado esas ventajas naturales, abriendo el juego para el debate y las respuestas posibles desde distintas teorías del desarrollo -más allá de su cuestionada mirada fisiocrática y determinista- el último de ellos genera el efecto opuesto: complacencia desde la gestión y parálisis. Y esto aunque existe cierto correlato real que fundamenta esta postura: en la Argentina la mayoría de las zonas densamente pobladas se encuentran alejadas de las áreas tectónicamente activas y castigadas por fuertes vientos.
Sin embargo, los eventos de los últimos años son más que elocuentes: aludes en Tartagal, inundaciones frecuentes y devastadoras en toda la región chaco-pampeana, tormentas violentas con vientos huracanados en toda la provincia de Buenos Aires y en el AMBA, sequías y desertificación. Estas situaciones instalan al país en el mapa del riesgo ambiental".
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