martes, 27 de noviembre de 2012

#7D: repercusiones de la renuncia de Clarín

Desde ayer que el Grupo repite que no quiso incriminar a los periodistas y legisladores que denunció en su presentación judicial. Hoy apenas si le sale convocar a sus caceroleros para que vayan a apretar a la Corte Suprema y acusar a El Perro de ser "asesor informal" del gobierno nacional.
Su socio de tropelías ayer decidió despegarse y hoy titula: "Marcha atrás de Clarín en su denuncia contra periodistas que lo criticaron".
"El Grupo Clarín presentará hoy en tribunales una rectificación de la denuncia penal que hizo el jueves pasado contra funcionarios nacionales y periodistas de medios públicos o afines al Gobierno por los posibles delitos de incitación a la violencia colectiva y coacción agravada , figuras que prevén penas de hasta seis y diez años de cárcel, respectivamente. Solicitará allí que los periodistas sólo sean convocados a declarar como testigos y no como imputados.
Los abogados del multimedio decidieron hacer la nueva presentación ante numerosas críticas de periodistas, asociaciones profesionales, organizaciones de la sociedad civil y dirigentes políticos del oficialismo y de la oposición, que cuestionaron en duros términos la denuncia de Clarín. Todos coincidieron en que la presentación significaba un intento de criminalizar las expresiones de los periodistas y que ponía en riesgo la libertad de expresión", admite la crónica sin firma.
El diario del Colo prefiere no jugarse y se refugia en el término multiuso "polémica". "Polémica por una denuncia del Grupo Clarín contra funcionarios K y periodistas", titula, para quejarse: "En los últimos dos años hubo críticas durísimas y denuncias por parte del kirchnerismo contra periodistas de diferentes medios del grupo que incluyeron la difusión de afiches negativos y personalizados. De todos modos, en esas circunstancias los funcionarios del Gobierno no se preocuparon por el ataque a la libertad de expresión como si lo hicieron en las últimas horas".
Fernando González, su director, admite: "La denuncia del Grupo Clarín contra funcionarios K por supuesta instigación a la violencia incluye un error grave que debería corregirse. Es el pedido de citación a periodistas como eventuales testigos de esos actos. Un abogado del grupo dijo que retirarían la denuncia si los periodistas aclaraban que sus dichos eran opiniones y no información. Aún así, la presión es inaceptable".
Mientras (¿el renovado?) TN repite las palabras del abogado de sus patrones de que todo fue un malentendido (actitud criticada por Verbitsky en la conferencia de prensa: “Los periodistas están denunciados. Hay una contradicción flagrante entre esta desmentida y la denuncia judicial”), Horowicz anuncia: "Que un poderoso grupo económico judicialice la defensa de sus intereses no llama la atención; ahora bien, que incluya en su defensa el ataque a periodistas profesionales, por argumentar en su contra, nos anuncia el inicio de una campaña de terrorismo mediático a caballo de que los gobiernos pasan y Clarín queda".
En Perfil, le dedicaron más espacio a las desmentidas del Grupo, al extremo de que el director del diario, Gustavo González, fue más clarinista que Wortman Jofré y Asociados: "A través de su cuenta de Twitter, el periodista hizo un pormenorizado estudio, foja por foja donde concluye que “en ningún lado” aparece “el pedido de cárcel para los periodistas”".
Brienza se pregunta: "Quien debería informar, deforma; quien debería defender la libertad de expresión, la conculca. ¿Es desesperación? ¿Es el prólogo a una maniobra genial y maldita? ¿Ha dejado Magnetto de ser infalible? ¿Habrá vencido esta batalla la Democracia argentina, finalmente?".
"En la Argentina, como consecuencia de décadas de lucha de militantes, periodistas y organismos defensores de derechos humanos, se han despenalizado el desacato, las calumnias y las injurias. Los abogados denunciantes quieren burlar esos avances, valiéndose de un atajo argumentativo.
Es un precedente infausto e inédito. Jamás un medio de difusión, en un período democrático, procuró condenas contra periodistas por delito de opinión. Un record para las peores páginas del Guinness.
La presentación es insostenible jurídicamente. Políticamente es una provocación y un intento de amedrentar", advierte Wainfeld, y exige: "Para todos los colegas, laburantes ellos, es duro y hasta doloroso afrontar una acusación penal. Intimida, preocupa a las familias, los compañeros y los amigos. Es flagrantemente injusto y prepotente. El juez y el fiscal de la causa tienen a mano la posibilidad (el deber, por mejor decir) de archivar la causa cuanto antes. Y la potestad de sancionar la malicia de los denunciantes. Si lo hacen, por una vez, los tribunales impartirán justicia".
Mientras tanto, la oposición al gobierno nacional, con el paso de las horas, se fue animando a criticar al actor social que la mayoría de las veces le marca la agenda, al extremo de retarla cuando no responde a sus intereses. También el mundillo periodístico se expresó en contra de la torpe jugada de Clarín, entre ellos periodistas del Grupo, que principalmente luego del mediodía de ayer (después de escuchar la increíble entrevista del silencioso Lanata al abogado del Grupo) se dieron cuenta que era una buena oportunidad de mostrarse como periodistas objetivos e independientes aún con sus propios patrones. Casi un favor.

0 comentarios:

Publicar un comentario