miércoles, 7 de noviembre de 2012

Las ansias del Relato Anti K, en las vísperas de su #8N

Van der Kooy: "El Gobierno se esfuerza por ningunear la protesta pero, a diferencia de septiembre, ha salido a intentar contrarrestarla. Su formidable sistema de comunicación estatal o paraestatal hace días que se preocupa por descalificar el cacerolazo buscando supuestos responsables. En esa ruleta incurre en disparates. Hasta contrató a dos consultoras, por cifras millonarias, para hacer publicidad contraria a la manifestación en las redes sociales. El resultado no es, por lo menos hasta ahora, auspicioso. Según un relevamiento realizado en redes, por cada cinco adhesiones al cacerolazo de mañana surge apenas un rechazo.
El cristinismo continúa en su cápsula. Pergeñando como podría convertir en un éxito, aún incierto, el 7D. El día que se fijó como límite para avanzar de facto con la aplicación de dos artículos de la ley de medios sobre Clarín. Mientras vive ensismismado, no atiende la inseguridad, la corrupción, el narcotráfico, el cepo cambiario, la inflación, las distorsiones económicas. Por todo eso y mucho más mañana amanecerá el 8N".
Ventura: "La presidenta Cristina Kirchner es una incomprendida: quiere transformar el país, pero todos y todas se empeñan en impedírselo y, como son desubicados, tal vez salgan a protestar el 8 N.
El politólogo del populismo, Ernesto Laclau, que vive en Gran Bretaña, buscó la explicación de lo que ocurre en Buenos Aires: la protesta, dijo, es el producto de "una Argentina que está muriendo", es decir, un sector social que pretende mantener ciertos privilegios y que se resiste a desaparecer. Algo parecido a lo que ensayó Aníbal Fernández: los que protestan son los recalcitrantes de derecha.
Tal vez no haya que pedirle a los politólogos que justifiquen el populismo sino a James Bond que busque a quienes matan a la verdadera democracia".
De Riz: "Muchos hoy se preguntan cuán previsible es el futuro más o menos inmediato. La firmeza de los discursos presidenciales contrasta con la fragilidad que muestra ante lo imprevisto. Hoy ya no conforma a la sociedad el testimonio de lo hecho. Cuando se promete que nada pertenecerá a las “corporaciones” porque todo estará en manos del “pueblo”, es decir, del Estado hoy colonizado por el gobierno y, por lo tanto, todo quedará a merced de los designios de la Presidenta, alfa y omega del firmamento nacional y popular, los que no se reconocen en esa definición del pueblo germinan en las redes que galvanizan un cúmulo de descontentos, ya sea por la inflación, la inseguridad, la corrupción, la polarización política o la re-reelección modificando la Constitución".

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