viernes, 11 de enero de 2013

El diario del Colo: los artistas K son todos pagos y los K son todos mafiosos

Manuel Torino: Farándula y poder: una relación sinuosa y de mutua conveniencia
"La relación entre el oficialismo y las estrellas del espectáculo se consolidó durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, en sintonía con lo que se dio a llamar la profundización del modelo.
"El oficialismo a partir de 2009 comenzó a prestar atención al mundo de la cultura y los artistas. Dos fueron los instrumentos utilizados para ello: la ideología y la financiación de diversas actividades artísticas", opina Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría.
Tras bambalinas, se fueron gestando dos grupos. Uno alineado a la prédica kirchnerista, en el que se combinaron al mismo tiempo convicciones ideológicas con conveniencias económicas, traducidas en trabajo en la Televisión Pública o una fecha en el frondoso calendario de actividades culturales impulsado desde Presidencia de la Nación. En el otro se ubicaron las figuras más populares y desideologizadas, que esgrimieron una crítica desde el sentido común, es decir, recogiendo preocupaciones de la gente. El reclamo de mayor seguridad de divas tradicionales como Mirtha Legrand o Susana Giménez, por ejemplo, despertó la ira oficial".
Laura Mafud: En este Gobierno cualquier crítica es tomada como una agresión desestabilizadora
"Así lo expresa Carlos Gabetta, ex director del periódico Le Monde Diplomatique para el Cono Sur, y advierte sobre la necesidad urgente de corregir el rumbo del país. Dice que el clima político, institucional y delicuencial de la Argentina le recuerda al que se respiraba en México a fines de los ‘90. Desaprueba la polarización discursiva y la falta de autocrítica oficialista.
"Es un gobierno populista, clásico, clientelista y altamente corrupto con fuertes tendencias autoritarias. No hay autocrítica. Cualquier crítica es tomada como una agresión desestabilizadora y destituyente”, sostiene, y no precisamente por estar prendido de la coyuntura", dice.
"Hace 15 años explotó dos veces en un mes un polvorín en Río Tercero y todavía no se sabe nada. Sí se sabe que de allí salieron las armas que se contrabandearon luego a Ecuador. Tenemos dirigentes sindicales eternizados en el cargo, que son empresarios, millonarios. Hace casi un año, ocurrió el accidente de TBA y el Gobierno, que tenía una gran responsabilidad en el asunto, pretendía presentarse como querellante”, enumera, entre otras cuestiones para las que parece no tener respuesta. “Se respira el clima político e institucional y delicuencial que imperaba en México a fines de los ‘90. De no corregir el rumbo, vamos en ese camino”, advierte".
A Gabetta le preocupa la falta de debate y la polarización discursiva. “"No somos una república. Cada vez más, vamos siendo un país mafioso”", sentencia. “"Todo se hace mal, favoreciendo amigos y atacando enemigos. Los Kirchner son ahora antimenemistas pero, ¿cuáles fueron sus intervenciones en los ‘90? Las cosas no se hacen para el conjunto ni para el largo plazo sino para favorecer a unos y jorobar a otros. Así no puede funcionar un país"”, concluye".

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