miércoles, 6 de febrero de 2013

Vuelve el dictado a Edu y Joaco

Van der Kooy: "Al anunciar un plan docente, la Presidenta exhortó ayer a los argentinos a “abrir sus cabezas”, a saber mantener conductas dignas y honorables, aún en la disidencia.
Sobrevoló la alusión al abucheo que sufrió Boudou y el escarnio que padecieron Axel Kicillof y su familia. No serían episodios parangonables. Boudou habló pobremente en un acto público. Kicillof viajaba como turista y resultó escrachado. Esa práctica nació en el 2001 y fue perfeccionada en la década K. Tanto, que Cristina podría ser su autora estrella: en julio del 2012 intimidó por cadena nacional a un agente inmobiliario, Rodrigo Saldaña, sólo por haber anunciado una caída en la actividad del sector".
Morales Solá: "El núcleo del problema es el conflicto de la Presidenta, y del oficialismo en general, con cada vez más numerosos sectores sociales. Analistas de opinión pública están seguros de que Cristina Kirchner se enfrentará en los próximos meses con encuestas que se irán empobreciendo inevitablemente. La deducción se respalda en que ninguna de las grandes quejas sociales (inseguridad, inflación, soberbia presidencial) parecen tener un remedio cercano. El repudiable escrache es una mala práctica, pero es también un termómetro fiable de la opinión social.
La fractura expuesta de la sociedad es, al mismo tiempo, otra razón de la declinación política del cristinismo. La confrontación perpetua aparece con insistencia en las encuestas como un fuerte reproche social. La sociedad argentina ha sido históricamente refractaria a un poder prepotente. Pero, ¿qué le queda al argentino común cuando gobernadores de la talla de Daniel Scioli, José Manuel de la Sota o Antonio Bonfatti deben responder públicamente a las ofensas del cristinismo? ¿Por qué algunos escraches deberían ser malos, se pregunta el ciudadano de a pie, cuando la propia Presidenta escrachó en cadena nacional, como sucedió con el dueño de una inmobiliaria?".

1 comentarios:

GrouchoMarx dijo...

Juaco se pregunta:
"Por qué algunos escraches deberían ser malos, se pregunta el ciudadano de a pie, cuando la propia Presidenta escrachó en cadena nacional, como sucedió con el dueño de una inmobiliaria?".
Si mal no recuerdo el "escrache" a que hace referencia el prestigioso periodista, es que la Sra. Presidenta recordó que esa famosa inmobiliaria que se quejaba del cepo al dolar y la caída de las ventas, curiosamente, debía varios años de Impuesto a las Ganancias.
Debo entender que, para don Morales Solá, denunciar la evasión fiscal es "escrache". Y, trabajando en La Nación, se entiende

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