sábado, 8 de junio de 2013

La Batalla Cultural

Liliana Herrero, cantante
"-Veintitrés: ¿En los últimos diez años se avanzó en la recuperación de tradiciones?
-Herrero: Se ha trabajado en ese sentido pero la designación de empresarios para planificar espectáculos no me gusta. Entiendo que en los festejos del 25 de mayo se intentó armar un cuadro latinoamericano, lo que me parece muy bien, pero que sean empresarios los que piensan la cultura y el arte no me parece adecuado. Deberían ser artistas o pensadores de la cultura, gente que esté preocupada por que la cultura acompañe los cambios que están sucediendo en el país.
-Veintitrés: ¿Se refiere a pensar la música como un proceso cultural y no como un negocio?
-Herrero: Sí. Porque cuando se ve como mera mercancía se cosifica y se transforma en un sonido que ya estamos acostumbrados a escuchar en radio y televisión. Hay que debatir y combatir la estandarización y la banalización del oído. No podemos armar espectáculos para que la gente vaya a escuchar más de lo que ya sabe. Así como el Gobierno se metió en profundidad con los derechos humanos, hay que avanzar en la transformación de la cultura.
-Veintitrés: ¿Cuáles son las deudas pendientes?
-Herrero: Los pueblos originarios son una deuda. Me atormenta lo que está ocurriendo con los Qom. El cacique Félix Díaz planteando el problema de la tierra y la propiedad es un cuadro muy interesante. También hay que debatir Monsanto. Ojo, más allá de estas cuestiones hay infinidad de políticas que considero acertadas. Yo sólo señalo las cosas que me quitan el sueño. Veo la red de narcotraficantes en Rosario y me da vergüenza que estemos discutiendo (los informes de Jorge) Lanata. La pobreza es otro de los grandes temas y el Gobierno lo sabe perfectamente".

Mario Alarcón, actor
"-La Capital: ¿La estupidez humana es otra metáfora de esta obra?
-Alarcón: Exactamente, la gente necesita siempre aferrarse de algo superior que lo va a salvar, te diría que es algo universal. Aunque sea en secreto, hay más de lo que uno cree, todo el mundo tiene sus cábalas, sus números o le escapan al martes 13, en mayor o menor medida todo el mundo cree en esas cosas. Y lo que hace Laferrere es satirizar la estupidez humana, porque todos tenemos un momento de estúpido.
-La Capital: Otro tema que aborda la obra se asocia a los alcances de la mentira y la verdad, algo que políticamente se ve mucho en la actualidad de nuestro país.
-Alarcón: Sí, mirá, si yo llego a comentar algo de vos que es mentira, después se hace imposible pararlo. Y eso es el poder de la mentira, cuando se entra a desparramar algo cuesta mucho laburo demostrar que es falso. Eso funciona muy bien en la política, y sobre todo en la actualidad.

Mempo Giardinelli, periodista y escritor
"-Veintitrés: Teniendo en cuenta que hace algunos días se cumplieron 10 años de kirchnerismo, y muchos piensan que es una “década ganada”, como afirmó la Presidenta... 
-Giardinelli: No estoy muy seguro de esos postulados. En primer lugar, y reconociendo que es muchísimo lo que mejoró nuestro país en los últimos diez años, es también muchísimo lo que falta mejorar. Y entonces, al menos yo, hubiese preferido que en lugar de celebración y autoafirmación, que está muy bien, se hubiera puesto el foco en convocar al país a la gran tarea de terminar con sus deudas sociales, que todavía hay muchas y enormes... Y en mejorar el medio ambiente, por caso, siendo que la Argentina carece de políticas ambientales serias. O en desarrollar una gran campaña de transparencia cívica con durísimos controles, para que la corrupción no sea, como ahora, patrimonio y bandera oportunista de la oposición y de los medios que la orientan y desorientan.
-Veintitrés: ¿Pero no puede afirmarse que uno de los pilares fundamentales del Gobierno es la "batalla cultural"?
-Giardinelli: ¿Hay batallas ganadas en materia cultural? Que me disculpen, pero yo no me he enterado. Hay mucho bueno que se hizo, sin dudas, pero hay muchísimo más que falta hacer. Y sobre todo, lo que pienso es que en democracia, y después de la historia que tuvimos, a mí no me gusta pensar la cultura en términos de “batalla”. Más aún: no me gusta nada cierto léxico militar que todavía está vigente en nuestra sociedad. De manera que mi respuesta es no, no se ha ganado ninguna batalla. Lo que hay es un camino que estamos andando y todavía nos falta muchísimo para llegar a cualquier lado. Prefiero pensar que estamos en marcha".

Claudia Piñeyro, escritora
"-El Atlántico: ¿Qué te generó repasar aquellos momentos de la dictadura en los que eras muy chica?
-Piñeyro: Quería rescatar algo que tengo presente de esa época: mi familia estaba muy amargada con la llegada de los militares pero había mucha gente que me rodeaba que no. Pensaban que todo se iba a tranquilizar, que iban a poder conseguir papel higiénico denuevo, cosas y frases tontas como esa. Pero había mucha clase media y baja que tenía la esperanza de que algo fuera a mejorar. Es algo eso de lo que se habló poco. A la distancia parece que todos fuéramos revolucionarios y que estuvimos en contra de la dictadura desde el primer momento y no fue así. Hubo mucha desinformación, mucha gente que pegaba en sus autos el cartelito “somos todos derechos y humanos” y que se enojaban cuando en Europa decían que acá había desaparecidos. Tuve la suerte de que mi familia estaba bastante bien informada y me contaban lo que sucedía, lo cual también me generaba una situación de riesgo o rareza porque en mi grupo de amigos y colegio nadie manejaba esa información. A mí me han llevado a la dirección de mi escuela para ver si mi familia era comunista, que parecía ser una mala palabra y por eso está en el título: ese comunista que mi papá decía ser, yo tenía que callarlo. El personaje se arma de esa manera.
-El Atlántico: ¿Y en la actualidad sentís que aún hay reparos sobre el término “comunista”?
-Piñeyro: Creo que no, me parece ridículo. Pero me he encontrado con gente que me ha dicho “ay, no sé si comprarlo (al libro) porque tiene ese palabra en el título” y yo me río. Si no quieren comprarlo por eso, quiere decir que el libro no es para él, punto. Es lo que yo quiero contar. Es una novela amorosa de una hija a un padre pero cada uno que piense lo que quiera".

Raúl Carnota, músico
"-Veintitrés: ¿De qué manera se informa?
-Carnota: De todas las formas. En una época me dediqué a la política. Milité, pero ahora no. Tengo el síndrome de estar informado. Con todo lo que viví desde chico me doy cuenta de que estamos ante el proceso más claro de justicia social sólo comparable a la década peronista.
-Veintitrés: ¿Qué opina de las manifestaciones que se realizan desde algunos sectores de la Oposición?
-Carnota: Siento vergüenza porque es mi propia clase social. Ninguna de esas personas sale por necesidades acuciantes. Salen porque no pueden comprar dólares para irse a Estados Unidos. Porque ahora tienen que pagar impuestos. Quieren vivir, como dicen, en un país en serio, pero quieren pagar impuestos como en una república bananera. Hay un alto contenido racial. Y me da mucha bronca".

Ariel Del Mastro, director de teatro
"-El Atlántico: Retomando el concepto de libertad. Al tener en cuenta el contexto político en que fue estrenado el largometraje y este que tiene la obra hoy, ¿sentís que cobra más valor social y político hoy esta historia? -Del Mastro: No podría decir si tiene más valor en los 90 que ahora, lo que sí, hoy por hoy esta historia le calza al país en el que estamos viviendo. Yo en los 90 la fui a ver y salí super emocionado, y me movió un montón de cosas pero creo que hay hoy un proceso histórico, un compromiso político -más allá de la bandera que se enarbole, no voy a ese punto- y una decisión de una mirada social por parte de la gente, que me parece que por ciertas circunstancias políticas corresponden a este momento. Esta es una historia social, con lo cual le encuentro un montón de analogías".

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