jueves, 13 de junio de 2013

La prudencia K

¿Alcanza con reprimir el formateo impuesto por años de creer que porque renuncia el funcionario del área una tragedia puede ser superada?
Pero a la vez...
¿Qué adherencia suprema (¿Creencia? ¿Sentimiento?) hace que no exijamos mejores servicios públicos que están dirigidos al público que supuestamente se busca beneficiar con reconocidas y efectivas políticas desde hace años?
¿Por qué el silencio respetuoso, intento genuino de no sumare a la ola alarmista y oportunista, es interpretado como complicidad? Y peor: aburguesamiento.
Queda el consuelo clásico de reposar cómodamente sobre la pronunciación del Poder Judicial que merece ser reformado y que se resiste a punta de cautelares y fallos budías.
Demasiado poco ante el dolor de lo inocentes. Ningún error humano podrá ser suficiente.
¿Sólo queda conformarse con la idea de que un nombre o evento luctuoso es ínfimo ante lo hecho y lo que falta hacer?
Inquieta ver la evidencia filmada de que los oportunistas han logrado ganar la mejor batalla cultural: la de instalar la acusación de que todo accidente es evitable.
Prudentemente, abandonar el silencio y la inacción.
La bronca que dijo sentir la llevará a mover piezas que no remediarán el tiempo que corre más rápido hacia atrás, ese recuerdo que algunos (¿muchos?) ya no le brindan como crédito.
Es la etapa de los reclamos anclados en muertes injustas.
Lo inesperado le da una bofetada a los que inteligentemente se masturban con los bochornos opositores.
Como si la prudencia K apareciera solamente cuando su marcha acelerada se choca con un país al cual no podrá transformar enteramente a tiempo.
¿Expresión K de su inevitable finitud?

2 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

mucha mierda dando vueltas,demasiada ,tanta que nos acostumbramos a ella y nos salpica

jfc dijo...

Mejor pensar en mas trabajo, mas posteos como este, y mayor difusión, de accidentes similares, en este caso. Busqué en google y en todo el mundo, todo el mundo, todo, hay accidentes de trenes todos los años. También debemos ser un poco menos conmocionables, aunque ayer me sentía de lo peor y las víctimas siguen siendo víctimas de una horrible situación.

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