viernes, 2 de agosto de 2013

Clarín y La Nación todavía no superan que CFK no tuviera cáncer

Que se la agarran con el cáncer que sufrió Martín Insaurralde.
Ricardo Roa: "También “garpa siempre” en publicidad contar historias personales, sobre todo cuando encierran desgracias que han sido sobrellevadas y terminan en un final feliz. En sus entrevistas, Insaurralde comienza relatando el cáncer que padeció y venció. Lo mismo hace en un spot con imágenes de archivo que lo muestran sin pelo por efecto de la quimioterapia y que buscan emocionar y que la gente se identifique con alguien que a fuerza de voluntad superó una grave adversidad.
Cristina Kirchner, actora y directora de la campaña, entiende de estas cosas. Ahora recuerda todo el tiempo la enfermedad de Martín y destaca “su ejemplo de pelea frente a la vida”.
Igual que, siempre de luto, hace con la muerte de su esposo, pretendiendo que todos se asocien con su dolor y su coraje".
Luis Majul: "La Presidenta, sus asesores y él mismo recuerdan todo el tiempo que, para llegar a ser candidato a diputado nacional por el FPV, el intendente de Lomas de Zamora tuvo que superar un cáncer de testículos que casi lo mata. Escuché al propio Insaurralde introducir el tema en varios reportajes sin que nadie se lo preguntara. Leí unos cuantos tuits de Cristina Fernández en los que hizo alusión explícita a su enfermedad. Registré que en algunas de esas oraciones de 140 caracteres se mezclaron su dolencia con la visita que hicieron la Presidenta y el intendente al papa Francisco en Brasil. También leí que Insaurralde justificó haber ido acompañado por su hijo en ese viaje porque había rezado junto a él para soportar el tratamiento y superar el cáncer. El dato que completa la falta de prurito del equipo de campaña del FPV es la pegatina de afiches con la foto de Francisco, Cristina y Martín en las paredes de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.
Por supuesto, nadie es dueño de determinar cómo se debe procesar el dolor, la enfermedad o la muerte. Se supone que cada uno lo hace como puede o como mejor le sale. Pero una cosa es la mirada personal y otra la inclusión de una experiencia tan conmocionante -haber sufrido cáncer- en medio de una campaña. A mí me parece que apelar cada cinco minutos a un recurso así se parece mucho a un golpe bajo. Incluso tras la impecable factura del spot en el que el propio Insaurralde vuelve a mencionar su enfermedad se puede ver con claridad la intención de afectar los sentimientos del público. No tengo ninguna duda sobre la eficacia de semejante intervención mediática".

ACTUALIZACIÓN (15 Hs.)
Otro de La Nación: "En esta campaña se está haciendo evidente el tráfico de emociones con el que se busca impactar a la población. En ese marco puede leerse la visita al Papa en Brasil por parte de la Presidenta y su candidato ungido, llevada a cabo, dicho sea de paso, en plena veda electoral.
Mucho más delicado y bastante inédito es, por otra parte, el tema de la utilización política de la enfermedad para generar compasión y empatía. Como cualquier persona desesperada, quien se viera afectado de una enfermedad grave podría querer visitar al Papa para invocar alguna forma de protección o alguna esperanza de curación.
Pero otra cosa muy diferente es producir específicamente un spot publicitario de campaña centrado en la alusión a la propia enfermedad. Esto le da otro cariz a la cuestión y la emparienta con la manipulación de las significaciones.
Extraer un beneficio del sufrimiento está en el límite de una estrategia de campaña. Hay que tener un estómago considerable como para utilizarse a sí mismo y convertir al propio dolor en un objeto de manipulación".

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