martes, 24 de septiembre de 2013

El Yo Enunciador le jugó una mala pasada a Eliseo Verón

Rebelde como toda entidad del discurso, dejó entrever que el semiólogo tuvo que ir obligado a defender a Clarín a la Corte Suprema de Justicia.
Leamos:
"Aludiendo a las personas reunidas en la plaza frente a Tribunales, el primero de los dos días de la audiencia pública sobre la Ley de Medios convocada por la Corte Suprema, Horacio González declaraba: “La plaza es un partícipe central de la decisión (…) esta plaza vuelve a expresarse, está repleta de medios y personas que quieren que esta ley desmonopolizadora se promulgue. La gente que está acá tiene una intuición profunda: buena parte del porvenir de la democracia argentina depende de esta ley. Hay una energía en esta plaza que ojalá sea escuchada por la Corte”.
Mientras ayudaba a mi extraterrestre a levantarse, le expliqué por qué la declaración de González era un delirio o un gesto retórico a sabiendas vacío. Ese mismo día yo tuve que hacer una presentación ante la Corte Suprema como amicus curiae del Grupo Clarín, con lo cual recorrí varias veces la plaza en cuestión. Por la mañana iban llegando jóvenes traídos en ómnibus. A mediodía, se iban largando globos de colores y los varios centenares de personas allí congregados intentaban cantos y refranes sin mucha convicción. Empezaron algunas arengas transmitidas por altoparlante. La situación no generaba precisamente un sentimiento de energía; la escena resultaba patética, como si se tratara de una obra de teatro amateur donde todo, lentamente, termina mal. No sólo la historia que se trata de contar, sino también la propia representación de la historia, que se va desagregando: los decorados, los actores cansados de sus roles estereotipados, el escenario.
(...) Por suerte, pensé, me había lavado bien los dientes el día que me presenté ante la Corte Suprema".
Fuente

1 comentarios:

ram dijo...

"Jóvenes traídos en omnibus", realmente profundo el razonamiento/prejuicio del "intelectual", traído de la nariz por el aroma a billete, para defender lo indefendible.
¿Lo habrán traído en remis con aire acondicionado?, digo, por lo fresco de su "idea".

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