miércoles, 26 de febrero de 2014

Acuerdo con Repsol: confirman que la esposa de Bonelli no será compensada

Lidia Tabares era la profe de inglés que cobraba 240 mil pesos anuales de parte de Repsol. Y que con un socio de Marce, habían embolsado 1 millón de pesos por "publicidad no convencional".
En estas horas de acuerdo, nadie habla de ella.
Tampoco qué va a pasar con los contratos de lobbista de Alberto F, Julio Blanck, la esposa del Colo K.
Nadie se acordó de ellos, durante estas horas de sólo palabras amables...
Hoy, Kirschbaum se queja ante la llegada del acuerdo que nunca iba a llegar: "YPF fue expropiada en marzo de 2012. El argumento fue la recuperación de la soberanía hidrocarburífera. Despojado de aquella retórica inflamada, con el acuerdo de pago con garantías anunciado, todo aquello fue una desmesura política de muy corto alcance".
Por supuesto que forma parte del ejército que acusaba a la Argentina de confiscar YPF y ahora reniega del acuerdo de pago.
Cosas del #RelatoAntiK, que también había prometido lluvia de juicios contra el país debido a que el irresponsable gobierno argentino se había atrevido a una acción que en los países serios se considera una afrenta al buen funcionamiento de las instituciones y empresas.
Todo con tal de que una multinacional siguiera escondiendo la nafta (a propósito: ¿ya no hay colas?).
"Aquella vanguardia de halcones de abril del 2012, cuando el Gobierno dispuso con prepotencia la expropiación de la empresa española, pareció asomar en la rueda de prensa de ayer como inofensivas palomas", se mofa Edu van der Kooy, al que apenas le queda sobrar a Guns 'N' Roses en cada columna: "El giro por Repsol no representa más que una pieza del cambio que, a contramano del relato, realiza el Gobierno en muchos planos. Kicillof, desde su confuso marxismo heterodoxo, agita las mayores banderas".
La verba académica de Kici los vuelve loco.
Otros, como Joaco, que había prometido la mar en coche en contra de la DiKtadura, prefiere guardar silencio en su columna de hoy y aprovechar para construir un nuevo fantasma: el ajuste K contra los docentes y el paro que nunca llega.
Mientras, Lidia espera, alone...
Quizás nadie se acuerde de ella, ni su marido, que había prometido iniciarle juicio a CFK para lavar su nombre y el de su esposa.

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