sábado, 22 de febrero de 2014

La devaluación del Grupo Clarín

"Hasta ahora, el 71% de la compañía está repartido entre Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto, José Antonio Aranda y Lucas Pagliaro. Otro 8,75% pertenece al fondo de inversión norteamericano GS Unidos, una compañía bajo el control indirecto del magnate Ralph Booth, que en el 2012 le compró a Goldman Sachs su participación por 75 millones de dólares.
El 20,26% restante cotiza en la Bolsa de Londres y Buenos Aires y menos de la mitad de esas acciones –9% del total– está en manos del Estado argentino a través de la ANSES. El capital social de ese conglomerado –o sea, el valor de los bienes aportados por los socios a la sociedad– ascendía a unos 12.000 millones de dólares, según fuentes del mercado con datos del 2010, antes de la pelea.
Hoy, según la cotización de la acción, el Grupo valdría apenas 750 millones de dólares. Pero según el valor real multiplicado por el Ebitda (las ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones), debería cotizar a una cifra no menor a los 3.200 millones de dólares. O sea que los accionistas ya están perdiendo el 75% de su valor".
Fuente
Mientras tanto, hoy, en el diario, Lanata se queja porque la OEA (Organización de los Estados Americanos) no condena los lapsus lingüis de Maduro: "Venezuela, claro, también tiene su Relato. En septiembre pasado, se realizó en Caracas el foro “Neolengua, polarización y reconciliación en Venezuela”, organizado por el IPyS (Instituto Prensa y Sociedad). “Newspeak” o neolengua es un concepto utilizado por Orwell en la novela “1984” y describe el lenguaje propio que crean los regímenes totalitarios: el objetivo de ese lenguaje no es reflejar la realidad sino construirla. Veamos algunos ejemplos cuyo eco resuena en la Argentina: Sabotaje intencional (en lugar de “fallas de mantenimiento”). Plan de Ordenamiento de Uso y Administración de Seguridad del Sistema Eléctrico (en lugar de “recorte y racionamiento”); Mecanismo cambiario alternativo (en lugar de “devaluación del bolívar”); Cuarta República, felicidad social, parlamentarismo de calle, hegemonía comunicacional, poder popular, etc.
La “metalengua” de Maduro es distinta: no sólo se limita a confundir penes y panes; a la Torá, el libro sagrado de los judíos, lo llama el Tarot. Para hablar de algo difícil dice que es como buscar “una aguja en un panal”, y cuando alguien desde el entorno le corrije “pajar”, responde: “Bueno, panal, pajar, es igual de difícil encontrar la aguja”. Le pidió a una médica que pusiera un telescopio (estetoscopio) en el corazón y habló de las dos mitades en las que está dividido el país: “Una mayoritaria y otra que es minoría”, recuerda Paulina Gamus, ex miembro de la Asamblea Nacional.
Esto es lo que el gobierno argentino defiende, esto es lo que la OEA se resiste a condenar".
#Tedible, man.
Duda: ¿es peor que Pepito quejándose porque las cadenas nacionales de la socia del venezolano -que se va a hundir igual que el que habla con un pajarito, que comparten el Relato, que son autoritarios, dictatoriales, que persiguen a la prensa independiente, que se la gastaron y robaron toda...-, no le dejan empezar su programa en Radio Mitre? ¡Se lo hace a propósito, la Yegua!

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