domingo, 27 de abril de 2014

Crítica: Lanata vs. Clarín

"El 6 de abril de 2008, de nuevo: el perfil recortado en negro de Néstor Kirchner, encima el viejo loguito trompetero de Clarín, como derritiéndose. "Investigación. En medio de la pelea, la verdad sobre la relación entre Clarín y el gobierno que más lo favoreció". Título: "Enemigos íntimos". Tres párrafos destacados dirigidos a resaltar la "fusión irregular entre Cablevisión y Multicanal", "el hostigamiento a la fiscal que se opuso a firmar" (por Alejandra Gils Carbó, hoy Procuradora General de la Nación) y "la interna en Papel Prensa". George parecía querer ocupar un espacio vacante, contra el kirchnerismo y contra el Grupo Clarín al mismo tiempo, sea que eso fuera "periodismo" o estrategia empresaria.
13 de abril de 2008. Es la primera de varias portadas dedicadas a pegarle de lleno exclusivamente al Grupo Clarín. Foto de la planta de Papel Prensa y otras dos de técnicos o científicos tomando muestras de agua contaminada. "Exclusivo. Un análisis oficial confirmó 'un alto grado de contaminación' generado por la planta de Papel Prensa". Título principal: "Botnia en San Pedro". "Peor que Botnia" fue el titular principal de portada apenas cuatro días después, el 17 de abril. Con el primerísimo plano de José Antonio Aranda, directivo del Grupo Clarín, manoteando la cámara del fotógrafo de Crítica (...). Epígrafe bajo la foto de Aranda: "José Antonio Aranda, director de Clarín, defendiendo la libertad de prensa".
(...) Fue así. El texto de la nota que redactó George ("La historia se escribe en papel") decía: "En esta historia el 'periodismo independiente' se hace trizas, la libertad se vuelve una broma pesada y el doble discurso reina y se multiplica, en un eterno juego de espejos". Tras reconstruir la historia de la conformación de Papel Prensa, desde el viejo peronismo a la presidencia Lanusse, otra vez peronismo y el inicio de la última dictadura, Lanata le pegaba con gusto al Grupo Clarín, tomando entre otras dos fuentes principales: la investigación del fiscal Ricardo Molinas y lo escrito hacía muchos años por el periodista y exmilitante montonero Juan Gasparini. Releída a la distancia, la nota deleitaría a los seguidores del programa "6,7,8", incluyendo el episodio narrado por Gasparini de la reunión terrorífica ocurrida en las oficinas del diario La Nación, cuando Lidia Papaleo fue (en palabras escritas por George) "convencida para firmar el preboleto de venta sin chistar". George mencionó también en su extenso artículo el recuerdo de la solicitada publicada por Clarín en mayo de 1977 (la incluí en mi libro "Decíamos ayer. La prensa bajo la dictadura") que decía que "la transacción se celebró a la luz pública y con el consentimiento previo y posterior del Estado". Otro toque "6,7,8", o palabras de George, o (diría él), simple periodismo: "El primero de agosto de 1978, en la tapa de La Nación, puede verse una fotografía cívico-militar de inauguración de la planta".
Seguía Lanata: "Papel Prensa es uno de los casos de corrupción más graves de la historia argentina -escribió, junto a su hijo, el fiscal Molinas en su libro "Detrás del espejo"-. Pone de manifiesto las relaciones y procedimientos empleados por los grandes grupos de poder". Después acudía a otras fuentes igualmente revisadas y recordadas en todos estos años de discusión sobre el poder del Grupo Clarín: "'Crónica se editará, dentro de pocas semanas, con el papel más caro del mundo', escribía en octubre de 1986, en la tapa del vespertino, su creador, Héctor Ricardo García. García, como Julio Ramos, fundador de Ámbito Financiero, fueron de los pocos editores que se animaron a denunciar el negociado de Papel Prensa en público". La nota tenía otros datos menos conocidos e interesantes: "Durante el menemismo representaron al Estado en la empresa Alejandro Mac Fairlane, yerno de Hugo Anzorreguy, y Luis Juez, ex intendente de Córdoba".
(...) Más adelante, en el mismo artículo: "En julio del año pasado, cuando la Secretaria de Medio Ambiente decidió empezar a preguntarse si la planta de Papel Prensa en San Pedro era contaminante, el diario (por Clarín) respondió con una investigación sobre los 'extraños manejos' de Romina Picolotti en sus gastos y nombramiento de funcionarios nuevos. Ahora, frente a un nuevo análisis, las presiones se multiplicaron, pero a nivel técnico judicial y en las sombras" (...) "El otro motivo del encono de Clarín con este diario refiere a que Crítica de la Argentina informó hace unos días sobre la llegada a la Corte de la causa que investiga la filiación de los hijos adoptados de Ernestina Herrera de Noble, a quienes un sector de las Abuelas de Plaza de Mayo presume como hijos de desaparecidos. El secuestro de niños y el hecho de impedirle a una persona conocer su identidad tampoco es un asunto privado".
(...) El 22 de junio de 2008 Crítica salió en tapa con una noticia muy fuerte que siguió dando que hablar con los años, pero nunca en los medios dominantes. Esa portada volvía a apelar al irresistible ícono nacional de los billetes de dólar pero esta vez eran dólares lavados secándose en una soga de colgar la ropa. No fue una tapa menor, fue la dedicada a la denuncia del ex JP Morgan, Hernán Arbizu: empresarios y clientes de altísimo nivel acusados de lavar dinero. Carlos Bulgheroni, los Blaquier, Eduardo Constantini, Marcelo Mindlin, los Bemberg, José Cartellone. También figuraba Ernestina Herrera de Noble entre doscientos involucrados. Aquella denuncia del diario, titulada "El Morgangate", sólo fue seguida a partir de cierto punto por los medios oficialistas -con suerte escasa para las instalaciones mediáticas- cuando fue oportuno pegarle al Grupo Clarín. Casi todos los demás, George incluido, callaron para siempre. La causa judicial, ante la falta de interés de los grandes medios, permanece en dulce molicie, con leves convulsiones.
(...) El 16 de abril de 2008 George tuvo, como se anotó, otra oportunidad para pegarle al Grupo Clarín desde una columna que tituló "El pequeño señor K".
"Clarín, finalmente, reaccionó a la tapa del domingo de Critica de la Argentina. Lo hizo con su estilo: nunca de frente, sin dar nombres, usando eufemismos. Es un diario donde se vive en el pasillo, y se susurra miedo burocrático al poder, propio y ajeno. El trabajo sucio le tocó a Ricardo Kirschbaum, editor general. La nota se titula 'De antinomias y oportunistas'. Allí, Kirschbaum se refiere a la 'feroz campaña' contra el diario, una oficial y otra paraoficial (...) Que Clarín acuse a este diario de oficialista es realmente gracioso. Que no advierta que ellos mismos cobijan al verdadero Boletín Oficial, también".
George continuaba el artículo de este modo, siempre desde la independencia absoluta: "Y Kirschbaum no lo desconoce, desde que Clarín -o Héctor Magnetto, da igual- decidió comprar la totalidad de Página/12. Él -en aquel momento, número tres del diario- fue una de las seis o siete personas que estuvieron al tanto de toda la operación, hecho que me consta. Lo gracioso, también, es que Kirschbaum hable de periodismo independiente: según su curriculum, publicado por la Fundación Konex, entró a Clarín en 1976 y hasta los ochenta fue redactor, jefe y secretario de la sección Política, además de columnista del área. Una lástima, ¿no? Los mejores años de su carrera avalando los negocios y los asesinatos de la dictadura. En la sección Política, para colmo. ¿Cuántos supuestos 'enfrentamientos' habrá publicado Kirschbaum?". Interrupción de la cita, otra vez para tener al menos mínimamente en cuenta que George hablaba de hacer periodismo en los años de la dictadura cuando él trabajaba, cierto que jovencísimo, en Radio Nacional. Fin de la interrupción.
(...) El malestar hizo que se hablara (o susurrara) más sobre las deficiencias del diario, o el poco rigor con que se trabajaban algunas portadas, antes que sobre el peso de los accionistas en la línea editorial. Ya habían pasado las inaugurales semanas impetuosas en que se veían las agradables caras sonrientes de algunos de ellos: el ex juez Gabriel Cavallo, Pablo Jacoby, Marcelo Figueiras, dueño de laboratorios. Por la presencia como accionista de Figueiras fue que de movida George nos pidió que no publicáramos notas sobre los descomunales sobrecostos de los medicamentos en el país. Y como ya sugerí en "Años de rabia", no puedo fingir asombro indignado ante ese pedido de autocensura ya que entiendo las necesidades de viabilidad comercial de los proyectos periodísticos. (...) George acaso estaba en otra parte bastante antes de anunciar su despedida y por supuesto que esto no quita ni su compromiso inicial con el proyecto, ni su entrega al trabajo, ni el estresazo que más que seguramente padeció. Ya anunciada su salida, el 12 de abril de 2009 nuevamente usó un medio gráfico propio como plataforma de promoción de su retorno a la tele. "Hace seis años que me preguntan cuándo vuelvo a la tele", se reiteró desde un titular tal como lo había hecho en algún retorno de "Día D", adjudicando el retorno no a la propia voluntad o deseo personal sino a la demanda del pueblo, tal como lo haría un político tanteando una candidatura. La cabeza informativa de la nota publicada a toda página y escrita por Marcelo Panozzo, subrayaba la idea de que Lanata volvía tras una larga proscripción impuesta por el gobierno kirchnerista. El programa anunciado era "Después de todo", el que emitió Canal 26, todos los días media hora. Faltaba poco para que el Gordo formalizara su salida como director del diario y ya tenía buen conchabo. En la entrevista volvía a subrayar, humilde, que "la gente se pregunta 'qué pensará este boludo (George) de tal cosa'". (...) Un recuadro de la nota sobre el regreso a la televisión estaba dedicado a la defensa propia de George por su participación protagónica en "La rotativa del Maipo". Con un remate conocido ante las críticas: "Si a esta altura, después de treinta años de laburo, no puedo hacer lo que tengo ganas, me tengo que matar"".
Fuente: extractos publicados por Eduardo Blaustein, en Ámbito, de su libro "Las locuras del rey Jorge"

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