sábado, 13 de septiembre de 2014

De la Sota, Schiaretti y la Fundación Mediterránea, mascarones de proa de la nueva catástrofe prometida

Sabedores que apenas si le podrán ofrecer ser sparrings de Massita el año próximo, la meta del gobernador cordobés y de su socio es no pasar inadvertidos y azuzar desde el frente mediático la posibilidad de "un crack económico", como verbalizó De la Sota en la Sociedad Rural de Río Cuarto el sábado pasado, con letra de los ex Fundación Mediterránea de Cavallo.
"La situación social y económica del país para los próximos 90 días es más grave de lo que parece. Hay que estar atentos", repitió De la Sota en las últimas horas.
Schiaretti también salió a sostener la nueva estrategia delasotista: dijo que el escenario actual del país "se asemeja más al Rodrigazo que a 2001. No tengo duda que de seguir de esta manera va a haber que devaluar".
Más preocupado por afectar al gobierno nacional, el delasotismo descuida una vez más el panorama cordobés, que cuenta como antecedente el diciembre pasado de extorsión policial y saqueos facilitados.
Nueve meses después de aquellos sucesos que agarraron a De la Sota de viaje, la Policía de Córdoba lejos está de haberse ordenado y reconciliado con la sociedad cordobesa: se repiten los casos de gatillo fácil -ya son 9 en lo que va del año-, las amenazas de autoridades policiales a periodistas y la impunidad de la Justicia provincial ante casos como el emblemático del asesinato del joven Álvaro Zarandón.
Mientras, la Fundación Mediterránea ha salido nuevamente a la palestra para tratar de relegitimar las medidas de achicamiento y retiro del Estado, esperanzada por una crisis que venga a desacreditar las políticas centrales que llevó a cabo la administración K durante 11 años.
Marcelo Cappello, presidente del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), de dicha "fundación", reclamó "un plan de competitividad y acuerdos comerciales" para que Argentina supuestamente se reinserte en el mundo, además de proponer, con un lenguaje escondido, metas de inflación y recorte de la inversión social.
El think tank que creó Domingo Cavallo durante la dictadura celebró ayer su 37° aniversario con la presencia del economista massista Roberto Lavagna, el columnista del diario la Nación, Rosendo Fraga, y el ladero de Mariano Grondona, el Cadena 3 Pablo Rossi.
La Voz, una vez más, ofició de vocera de esos deseos cada vez más irrefrenables: "La incertidumbre que plantean cosas como la aprobación de la ley de Abastecimiento o la ineludible referencia que para el último domingo de octubre de 2015, día de las elecciones presidenciales, “todavía falta mucho, demasiado”.
En este sector del empresariado cordobés ya no queda expectativa alguna respecto de la capacidad del Gobierno para torcer la crisis. La pérdida de confianza es el denominador común, a lo que se agrega el hecho de que como polo automotriz que es, Córdoba está padeciendo la parte más dura del problema.
Es en ese plano donde quedaron resonando palabras del politólogo Rosendo Fraga. “El conflicto social es como un resorte, acumula tensión durante un tiempo y en un momento salta”. ¿Está ese momento a la vista? ¿Reaccionará el Gobierno con alguna receta para evitarlo? A esa inquietud fue difícil hallarle ayer respuesta".
Mientras, el articulador material Luis Barrionuevo afronta el llamado de la Justicia por su incontinencia verbal.
Más:
Todos los deseos de Fontevecchia

0 comentarios:

Publicar un comentario