viernes, 17 de julio de 2015

Días feos para ser periodista de Clarín

Muchas mentiras expuestas. Demasiadas. Suficientes para llenar varios bolsos negros.
Muchos silencios cómplices. Nada en tapa. Y cabezas gachas ante el patrón.
Como si se hubieran empachado de tanta grieta por ellos sostenida día a día.
Quizás un ejemplo de esa alienación haya sido, esta semana, el aceptar negar en pantalla lo que esa misma pantalla había desperdigado todo este tiempo. Sabiendo que cualquier programa de archivo los iba a deschavar. Ni por eso se pararon ante su productor y se negaron a semejante descrédito.
Pero lo inimaginable llegó ayer: tener que justificar, legitimar, mitigar, un ataque como hacía mucho tiempo no se veía contra un colega.
Apenas si se quiso desmarcar de tanto papelón el dr. Hubris, aunque con miles de peros, pero algo es algo...
A la noche, hablando del apartamiento del juez Bonadio de la causa Hotesur, ensayó algo que aplica a sus patrones también: "Hay evaluaciones críticas para hacer hacia la Justicia. Hay que tener una Justicia mejor, que debe investigar al poder. Es un desafío de nosotros, como República. Estas personas que pasaron por el programa, han querido investigar al poder. El poder que es de todo tipo y que está en el fondo de un gran problema de la Argentina como la impunidad. Y que va de la mano de la corrupción. Mientras no se pueda investigar, van a ocurrir muchos otros males".
Hasta se podría entender, sospechar, que estas palabras son lo más que pueden. Como señales subliminales en la garganta del gran Leviatán.
Pero la curiosidad y la piedad nos llevan a...
¿Qué habrá sentido el redactor que tuvo que escribir "procedimiento judicial" en la casa de Víctor Hugo?
¿Habrá sido el mismo que el del histórico "La crisis causó 2 nuevas muertes"?
¿O habrá sido el de "Total Normalidad"?
¿Dibujará algo Sábat?
¿Ahora les darán vergüenza los pataleos de Magdalena por la intimación que recibió de la Afip por deber impuestos?
¿O la sobreactuación de Leuco y Longobardi por sendos asaltos?
¿O el café que no le quisieron servir en un bar porteño al bueno de Nelson?
¿Se arrepentirán de haberse escandalizado porque una zapatería no quiso venderle a la hija de Lanata?
¿Sentirán pena de ellos mismos por haberse solidarizado con esas imposturas y no con el ataque a Víctor Hugo?
¿Qué dirían si le invadieran su casa?
¿Se acuerdan de las vallas con púas que levantó Cablevisión en sus cuarteles generales por si el Estado osaba querer ingresar?
Escuchar a Edgardo Alfano leer el comunicado redactado por los abogados del Grupo a lo Silvia Fernández Barrio en 60 Minutos daba pena anoche.
Hacerse los distraídos, poniendo la mejor cara, durante horas, sin poder hacer nada para pasar la noticia de la que todo el mundo estaba hablando.
Y no es la primera vez que les sucede.
Luego critican la sumisión de la obediencia verticalista de otros.
Y serán los mismos que aplaudirán, servilmente, la próxima embestida de sus patrones.
Hasta ponerse coloradas las palmas de sus manos, como dice su odiado y despreciado uruguayo.

2 comentarios:

GrouchoMarx dijo...

Me permito corregir una frase:
“¿Se arrepentirán de haberse escandalizado porque una zapatería no quiso venderle a la hija de Lanata?”
En realidad la zapatería, Paruolo, se negó a un canje y el gordo los extorsionó al aire:
http://www.lapoliticaonline.com/nota/68696/
Por supuesto, la apretada de lanata fue calurosamente festejada por toda la runfla de aplaudidores y Paruolo tuvo que pedir disculpas al extorsionador.
Saludos

Antonio (el Mayolero) dijo...

Exactamente lo que intentó hacer con el Resturant Justiniano en Mar del Plata....

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