viernes, 2 de octubre de 2015

La disconformidad de La Nación con Macri y Massa

"Entre los académicos que estudian campañas electorales existe una simulación clásica: se distribuyen los alumnos en tres grupos, cada uno detrás de un candidato. Parece inevitable que quien va segundo termine peleando contra el tercero. Siempre con el mismo resultado: el primero mejora, despegándose de los otros dos. Es el riesgo que ha comenzado a correr Macri en su rivalidad con Massa.
Macri denunció un acuerdo entre Scioli y Massa, gestionado por Alberto Fernández, quien mantiene reuniones periódicas con Alberto Pérez. Massa lo atribuye a un curioso interés común por la interna de la AFA. Cerca de Scioli, en vez de negar el pacto, sugieren: "¿Por qué no le pregunta a Macri si no colaboró con la campaña de Massa?". Y precisan, insidiosos: "Es cierto que le dio mucho menos de lo que pedía".
Scioli y Massa están haciendo lo que a cada uno le conviene. Sobre todo Massa, que sueña con poder entrar en el ballottage en lugar de Macri. "Soy Aécio", dice, recordando que el brasileño Aécio Neves superó a Marina Silva y libró el ballottage con Dilma Roussef. La diferencia entre ambos casos, como sabe el "brasileñólogo" De la Sota, es que la candidatura de Marina Silva era una burbuja y la de Macri es el resultado de un trabajo de diez años. De todos modos, Massa no sería un problema para Macri si se cumpliera el pronóstico con el que el gurú Jaime Durán Barba lo desechó como aliado bonaerense en la casa de Francisco de Narváez: "Tienes que renunciar a todo porque después de las primarias no vas a superar el 7%".
Massa menosprecia, hasta ahora con derecho, ese vaticinio, y golpea donde hiere: "A mí me duele la pobreza, en cambio a Macri le molesta". La mayor vulnerabilidad de Macri es que, como es rico, los sondeos le atribuyen insensibilidad social. Ahora que su declaración jurada reveló su verdadera situación patrimonial, tal vez corrija ese problema. Es una broma injusta: nada indica que Massa y, sobre todo, Scioli tengan menos recursos que el candidato de Cambiemos.
Macri también responde a Massa con malicia. Recuerda su pasado kirchnerista, que es la fisura que aparece en los focus groups sobre su imagen: las apreciaciones suelen concluir en un "hay algo que no me cierra". El macrismo saturó ayer las redes sociales con la foto de aquella conferencia de prensa que Massa debió ofrecer, obligado por Néstor Kirchner, cuando asumió como jefe de Gabinete: aparece escoltado por Julio De Vido y por el arrepentido Ricardo Jaime, con los pulgares en alto. Kirchner pensó el retrato por si un día a Massa se le ocurría decir que mandaría presos a todos los corruptos. Un servicio post mórtem para Macri".
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