miércoles, 6 de julio de 2016

Cristina y la búsqueda del nuevo significante vacío

En el capítulo II de La razón populista, Ernesto Laclau escribía sobre las condiciones de emergencia de una identidad popular: "En primer lugar, hallamos la presencia de un significante vacío que expresa y constituye una cadena equivalencial. En segundo lugar, el momento equivalencial se autonomiza de sus lazos integradores, pues, si bien hay equivalencia tan sólo porque existe una pluralidad de demandas, el momento equivalencial no está meramente subordinado a ellas, sino que juega un rol crucial en hacer posible esa pluralidad. La inscripción equivalencial tiende a dar solidez y estabilidad a las demandas, pero también restringe su autonomía, ya que éstas deben operar dentro de parámetros estratégicos establecidos para la cadena como un todo".
El domingo, Cristina Fernández de Kirchner evitó aparecer de cuerpo presente y, con tono mesurado, hizo un llamado a que la oposición al gobierno de Mauricio Macri comience a buscar ese significante vacío que sintetice las múltiples demandas que vastos sectores sociales ya le hacen a la administración macrista-radical-carriotista.
"Están faltando ideas fundamentalmente. No es un problema de que falte oposición, hay que plantear ideas", le dijo la ex presidenta al periodista Roberto Navarro el domingo. Ayer, en improvisada conferencia de prensa a la salida del Instituto Patria, les reiteró a los periodistas presentes: "La realidad es tan contundente. No estamos hablando de cosas épicas, como muchos medios nos decían a nosotros. Ahora no te hablo de épica. Te hablo de la factura de luz, gas, agua, de las expensas, el transporte, la inflación, la desocupación, con salarios arreglados en paritarias muy por debajo de la inflación".
Las versiones periodísticas y políticas indican que Cristina estaría pensando en el concepto de neoliberalismo como significante vacío que nuclee a todas esas demandas democráticas no satisfechas por Macri. Ese significante vacío -la crítica a los efectos devastadores del neoliberalismo- sería compartido por Lula -¿candidato a presidente en Brasil?- y por el Papa Francisco.
Dicha elección podría ser explicada por estudios que marcan que la mayor parte de la sociedad argentina coincide con lineamientos generales que le dieron sustento a las políticas kirchneristas centrales.
Según la consultora Ibarómetro, en una encuesta realizada hace un año atrás, el 83.5% de los argentinos acuerda con la afirmación de que "El Estado debe ser el principal responsable de asegurar el bienestar de la gente", mientras que el 71.4% consideró que el Estado debe mostrar una activa intervención en la economía.
Otros datos: el 47.6% marcó a la igualdad como la esencia de un país democrático; el 66.9% se pronunció a favor de las políticas de Derechos Humanos; un 54.9% acordó con la sanción de la ley del Matrimonio Igualitario; y un 46.9% eligió a América Latina como el destino de la mirada de la política exterior argentina.
Números del año pasado, antes del triunfo ¿inesperado? de Mauricio Macri.
La misma consultora, el mes pasado, realizó otra encuesta, a propósito de los primeros 6 meses de gestión de Cambiemos.
El 54.3% dijo experimentar sentimientos negativos como incertidumbre y miedo por la situación del país.
El 72.1% evaluó como malo o muy malo el panorama económico argentino, pero un 43.8% cree que las cosas mejorarán dentro de un año.
Finalmente, y atención con esto, las siguientes afirmaciones obtuvieron altísimos porcentajes de acuerdo:
-El gobierno busca una sociedad con más diálogo y tolerancia (62.9%).
-El gobierno busca una política más honesta y transparente (62.8%).
-El gobierno ha tomado medidas difíciles que tendrán resultados positivos más adelante (53.9%).
La figura de Macri también sacó excelentes notas, con lo que la disputa discursiva con los ejes centrales del #RelatoPRO no será fácil.
Pero el último gráfico da cuenta de un rasgo del gobierno nacional que ya fue probado estos meses y que hizo mella. Los griegos le llamaban plutocracia. El gobierno de los ricos (y para los ricos). En los países europeos y en Estados Unidos, los movimientos anticapitalistas le llaman "el gobierno del 1%".
Un dato de esta segunda encuesta de Ibarómetro que podría acercar otra pista de que el hallazgo del significante vacío "correcto" para este momento histórico será arduo -y en medio de disputas pre-electorales-, aunque sí parece claro que debería estar anclado en la crítica a las políticas antipopulares del neoliberalismo.
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